Julio Sánchez Chang +
Los jalones fundamentales que desde mucho antes de 1792 fueron diseñando el rostro de Manzanillo como espacio de hábitat y transformación humana hasta el otorgamiento del título de villa de 1833.
Es el Manzanillo cubano, lugar donde la historia ha dejado, con fuerza inusitada, su huella. Cuando los conquistadores llegaron para establecerse en la zona bañada por las aguas del Guacanayabo, tres "provincias indias", a decir de ellos, había en la región: Macaca, Bayamo y Guacanayabo. En tierras de esta última, en lo que es hoy un asentamiento humano periférico de Manzanillo se estableció, "[...] á legua y media de un puerto [...] y cerca de un río grande y bueno, que se dice Yara [...]", la segunda Villa de Cuba cuyo nombre, San Salvador, le fue dado "[...] porque allí fueron libres los cristianos del cacique Yahatuey (primer rebelde de Cuba), é porque con la muerte suya se aseguró é salvó mucha parte de la isla [...]", cuando en bárbaro escarmiento se le quemó vivo. Luego, por disímiles razones la villa cambió su residencia para Bayamo y desde entonces se le conoce como San Salvador de Bayamo.
Por estar atado al mar, Manzanillo no fue sólo propicio al comercio, sino también, al tráfico ilegal. España, imposibilitada de ofrecer los medios de vida a los asentados en la región, fundamentalmente Bayamo y hatos comarcanos, e incapaz a su vez de impedir la ruptura del control monopólico propició -sin quererlo claro está-, la modalidad económica del comercio de rescate y contrabando del cual Manzanillo, como punto de trueque y operaciones, fue paradigma en la isla. Y tanto es así que Don Pedro Valdés, Gobernador de Cuba entre 1602 y 1608, proponía a la corona la creación de una armadilla que podría recorrer la costa norte de La Española (Santo Domingo) y rodear a Cuba para que "[...] limpiaran la ladronera del puerto de Guanaibes y la de Manzanilla que está junto al Bayamo y donde se va formando otra Rochela [...]", y eso que aún no había acaecido el secuestro del Obispo de Cuba, suceso nodal en la historia del contrabando y la literatura cubana pues dio pie al primer monumento literario en la mayor de las antillas: "Espejo de Paciencia".
La condición de punto de encuentro para el contrabando, y sus consecuencias, fue la razón por la cual Manzanillo resultó sitio no propicio al asentamiento humano hasta bien entrado el siglo XVIII; sólo a la corona podría interesar el poblamiento del lugar con el propósito de cortar la fuga de sus caudales en forma de maderas, tabaco y otros géneros que eran los valores con los cuales se ejecutaba el citado trato ilegal; a pesar de ello, la carencia de fondos reales y la no asunción por parte de la metrópoli de la importancia de la región para sus dominios, sería la razón de la timorata actitud en lo tocante a disponer el nacimiento del pueblo, por lo menos hasta la década de 1790; por ello, para 1761 sólo había en el litoral manzanillero cuatro soldados y un cabo cuya función era la regulación del contrabando.
Tímidas, hasta 1792 como se ha dicho, fueron las preocupaciones por esta zona. En 1766, el Capitán General ordenaba al Gobernador del Departamento Oriental "[...] informarse en la villa de Bayamo con relación a la ensenada de Manzanillo [...]"; esta actitud, repetida en más de una ocasión y sólo como preocupación, no surtió efecto sobre el poblamiento, en tanto ninguna de las propuestas planteadas por el Teniente Gobernador de Bayamo para liquidar el contrabando fueron oídas, y ello, por lo menos la protección del lugar contra incursiones piratescas, resultaba condición sine qua non para levantar el pueblo; sin embargo, el continuo tráfico hizo de Manzanillo una de los puertos más importantes de la costa sur oriental a pesar de no contar con población organizada, y tanto es así que en 1789 se autorizó a ejercer el libre comercio de negros con los extranjeros a través de él.
Es en 1790 cuando, preocupada por la obtención de maderas preciosas para sus astilleros, la Corona Española vira sus ojos hacia el litoral cubano y prohibe los cortes de madera en las costas de la isla. A partir de ahora se tomarán medidas para evitar la tala y Manzanillo -punto litoral-, será objeto de atención metropolitana dándose así, por esta vía, inicio al proceso fundacional del pueblo.
Bajo la antes dicha preocupación -el 15 de junio de 1792- se acordó, en Consejo de Estado y con la presencia del Rey, comunicar al gobierno inglés la necesidad de poner coto al comercio que contravenía los tratados entre España y el Reino Unido, especialmente las incursiones que desde Jamaica se hacían a la costa Sur de Cuba, encomendar al Capitán General estuviera al tanto de cualquier violación y encargarle se levantara una población en Vicana (hoy municipio Media Luna) donde se había apresado una goleta inglesa. Para cumplir este último cometido se designó al capitán Francisco Sánchez Griñán quien, después de haber hecho el citado recorrido e inspección costera (1793), propuso levantar el pueblo en el Monte de Manzanillo -no Vicana-, por las bondades de su "costa y abrigada ensenada", donde además encontró tres vecinos.
En 1794 se designó al puerto con la categoría de menor para el comercio sólo con españoles, sufriendo en esa misma fecha el ataque de una balandra francesa que capturó varias embarcaciones y a los comisionados de Marina y Real Hacienda. Ante tales hechos el Rey volvió a insistir (1795) en la fundación de una población en la ensenada; pero, los intereses contrapuestos de comerciantes por una lado y la falta de recursos regios por otra, dilataron nuevamente el surgimiento... y de nuevo los franceses hicieron de las suyas cuando quemaron 11 de las embarcaciones surtas en puerto.
Tantos descalabros condujeron de la mano a decidirse por la construcción de una batería, la cual, si bien no era tal por su desmedrado estado, con sus escasos elementos impidió en 1798 se repitiera la historia de un año antes cuando un esquife despedido por un barco inglés quemó y robó el almacén de Juan Sariol, encargado de la Tenencia de Gobierno de Bayamo. La actitud de Sariol en la defensa de la naciente población en esta ocasión, le valió para que en julio de 1798 se le nombrase Capitán de la Milicia Urbana y Comandante de la Batería , por consiguiente, puede y fue considerado Sariol, Capitán Fundador.
Ya con una batería -rudimentaria, pero al fin batería- y la "seguridad" que brindaba al puerto, el impulso agrícola en las regiones orientales por la destrucción de la riqueza de Santo Domingo y el incremento del comercio marítimo con los ingleses, se crearon las condiciones para que se valorizaran los terrenos del realengo, deslindado por vez primera en 1799.
Poco a poco, en un proceso de intereses contrapuestos, no sólo locales o regionales, sino nacionales e incluso internacionales, fue eclosionando el pueblo. Una ojeada comparativa a sus construcciones y pobladores arroja un rápido crecimiento, pues si en 1802 apenas había 29 casas construidas, 14 en construcción y 198 personas, ya en 1814 el padrón indicaba 1333 habitantes y tres años después, las casas se elevaban a 194 habitadas, 71 iniciadas y un total de pobladores ascendente a 1710; desde luego, a esta progresión contribuyó el hecho de haberse convertido Manzanillo en 1809, Capitanía de Partido.
El mar, siempre el mar, ha estado, si no rigiendo, si marcando pautas en el decurso histórico de Manzanillo. En 1819 un ataque a la ciudad por parte de corsarios ingleses, con patente de corso venezolana, dio nuevos bríos a su evolución por cuanto la victoria obtenida sobre los invasores fue esgrimida como aval ante España para obtener independencia administrativa, ansiada condición que, de cierta manera y temporalmente, resultó ensayada cuando se erige el Ayuntamiento a raíz del restablecimiento del régimen constitucional en 1820. La victoria sirvió también para consagrar definitivamente como patrona del pueblo a Nuestra Señora de la Purísima Concepción quien, en palanquín, presenció la lid y contribuyó, según los combatientes, a obtener el lauro; a partir de aquí, a esta imagen de la Virgen Madre , le llamarían los manzanilleros: la Virgen del Combate.
En 1826 se le otorgó a Manzanillo la importante categoría de puerto mayor; y los deseos de emancipación respecto a la villa bayamesa se materializaron cuando el Rey le otorgó el título de Villa el 5 Junio de 1833; mas, variados intereses demoraron la cristalización del anhelo hasta el 6 de enero de 1840, momento en el cual ya Manzanillo, como jurisdicción con soberanía sobre los partidos de Yara, Guá y Vicana, celebró cabildo. Este hecho, sin duda alguna, sería uno más en larga cadena de las peculiaridades regionales que ubicaría a esta zona en la vanguardia formativa de la identidad nacional.
Fecha de publicación en Enciclopedia Manzanillo: 2007.


