María Valerino.
Sobre la labor de una brigadista sanitaria en el barrio El Caño durante el brote de cólera.
La joven Yenisel Milán Proenza todos los días recorre de punta a cabo el área de la comunidad El Caño, donde se desempeña como brigadista sanitaria.
No importa que el sol caliente hasta sofocar ni que las casas esten distantes entre sí: para ella solo cuenta velar por la salud de las familias y contribuir a frenar a toda costa el brote de cólera en Manzanillo.
“Velo por 75 casas, las visito todos los días para llevarles una labor que va más allá de la profilaxis y la prevención como parte del programa de vigilancia epidemiológica que desarrolla el municipio.
“Llevamos cloro, hipoclorito, cal, sales de rehidratación, y, una vez en las casas, chequeamos las medidas higiénicas, tanto dentro como en los patios, el estado de cada miembro del hogar, e incluso, si no están hirviendo el agua, exigimos que lo hagan en nuestra presencia. Es una vigilia constante para defender su salud”.
Como Yenisel, en todas las zonas y barrios de Granma, laboran hoy brigadistas sanitarios en duos, e integrados en brigadas, a las cuales se han incorporado, entre otros, trabajadores del sector de la Salud y estudiantes de Medicina, bajo la supervisión de médicos de la familia, un jefe de grupo básico de trabajo y un supervisor en cada consejo popular.
Fuente: Sara Sariol y María Valerino. "Constante Vigilia". En: ¡Alerta!, Suplemento Especial del periódico La Demajagua, Bayamo, agosto 2012, Año 1, No. 3, p.3.