Momentos esenciales sobre la identidad religiosa y las creencias en Manzanillo.
El catolicismo, heredado de los colonizadores, es practicado por un numeroso grupo poblacional, cosa que no impide la existencia de otras denominaciones y credos entre los que se encuentran manifestaciones ecuménicas: bautistas, metodistas y pentecostales. Existen también, en menor profusión, las Casas Templo de los practicantes de la Regla de Ocha o Santería y de la Regla de Palo Monte o Brujería, prácticas estas en las cuales perduran las creencias y los dioses traídos del África por los negros esclavos.
Sin embargo, lo que más llama la atención es la práctica del espiritismo de cordón; ella es, por excelencia, la forma de religiosidad que es posible definir como la más auténticamente cubana. Nacida en esta región, contiene trazas del baile areito de los aborígenes y propone una visión distinta de la relación entre la vida y la muerte.
Con una data anclada en los finales de la centuria decimonónica, el espiritismo de cordón se yergue como sumatoria peculiar de tres variables básicas: larga duración, adecuación teórica de la doctrina espírita y anudamiento por los desajustes de la Guerra Grande. En primer lugar, el indio, que sobreviviendo al genocidio conquistador pudo trasmitir todo su animismo, resultó eficazmente ayudado por el negro africano, en tanto este último, aprendió del nativo la hierba que cura, el camino seguro, la danza protectora en el éxtasis del palenque, donde santos y cemíes eran la única y divina autoridad por ellos aceptada. Segundo elemento de esta tríada formativa, resulta el intenso tráfico comercial y humano, por ende mental, entre los manzanilleros y la también marítima ciudad de Cienfuegos, fundada por franceses y desde donde vino la teoría codificada por Allan Kardec. Por último, galvanizando magistralmente y cerrando el tríptico: la guerra, Leviatán que fractura como ninguno las estructuras humanas y hace posible la vertebración de cualquier sistema mágico-religioso.
Finalmente, en tono conclusivo pero no terminante, es lícito acotar que por los momentos y el entorno de su brotación, por la forma de perdurar y trasmitirse en el imaginario popular, por sus aportaciones a la estructura ideoreligiosa de esta zona del país y la militancia de sus portadores; el espiritismo de cordón deviene en clave singular para el desentrañamiento de profundas estructuras identitarias en la vastedad del Cauto-Guacanayabo.
Fuente: Manzanillo la Perla del Guacanayabo. Ediciones Bayamo, 2002.
Fecha de publicación en Enciclopedia Manzanillo: 2007.