Poema de la autoría de Ángel Cañete.

A la mansedumbre que te achaqué un día,
cómo has respondido, buen manzanillano,
con el viril gesto de tu gallardía
y tu ejemplo de gran ciudadano!

Cómo reaccionaste cuando la inconsciencia
pensó que llevabas el carácter flojo
y que la campana de la independencia
de Cuba, era cosa de fácil despojo!
Sin que te importaran juicios y opiniones,
siempre deleznables antes tus razones,
a forjar te diste, valiente, en la fragua
de las dignidades, a brazo y a pecho,
tu augusto, tu sacro, tu limpio derecho
al bronce glorioso de la Demajagua!.

                                              Angel Cañete.

Fuente: El Eco de Manzanillo. Diciembre de 1960.

Fecha de publicación en Enciclopedia Manzanillo: 2007.