Poema de Ángel Larramendi Mecías
Alguien descubre una ciudad
un apartado rincón donde levantar su
casa
y prender su hoguera
Una ciudad para volver
para estar siempre
ciudad de preñez temprana
en el hálito de las sombras
ciudad cual paradigma de la resurrección
Alguien decubre una ciudad
y vivifica los descubrimientos
Bajo la melodía de los árboles
alguien deposita la primera piedra
depósito de toda equidad
Alguien enciende el fuego
y cuida del huevo y el aljibe
con la sabiduría de la abeja
Alguien descubre una ciudad
y así comienza el juego.
Fuente: Manzanillo la Perla del Guacanayabo. Ediciones Bayamo, 2002.
Fecha de publicación en Enciclopedia Manzanillo: 2007.