Silvia Frómeta García.
Se presentan aquí los resultados del primer acercamiento a la caracterización del polígono de Palmas Altas que, por sus valores patrimoniales de orden arqueológico, histórico y natural, probados o probables, debe ser protegido y estudiado profundamente.
Si bien el polígono de Palmas Altas pudiera no considerarse sensu stricto como parque nacional según las especificaciones del Decreto-Ley No. 201 del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, sí pudiera según ese mismo documento legislativo, en su Artículo No. 19, ser declarado como "Elemento Natural Destacado" pues "es un área que contiene una o más características naturales de valor destacado o excepcional, por su rareza implícita y sus cualidades representativas o estéticas y que puede contener valores histórico-culturales asociados, siendo manejada con el fin de conservar dichas características y valores".
INTRODUCCIÓN
El territorio abarcado por el municipio de Manzanillo incluye, para orgullo de sus pobladores, el sitio histórico: "La Demajagua", que por los hechos acaecidos allí el 10 de octubre de 1868 ha sido declarado Monumento Nacional.
Desde el año 1927 los manzanilleros venían promoviendo la conversión de las ruinas del ingenio Demajagua, Altar de la Patria, en un "parque nacional" (entiéndase parque histórico de carácter nacional) que quedó convenientemente definido entre el 21 de junio y el 10 de octubre de 1968. El nombramiento de Parque Nacional La Demajagua se hizo entonces siguiendo definiciones que no son las que rigen hoy; no obstante ese es su nombre oficial.
Siempre fue considerado el lugar como Monumento Nacional por los cubanos aunque no fue hasta 1978, con la Ley No. 2 ó Ley de los Monumentos Nacionales y Locales, que se declarara legalmente de este modo.
Según el Artículo No. 1 de la citada ley "se entiende por Monumento Nacional todo centro histórico urbano y toda construcción, sitio u objeto que, por su carácter excepcional, merezca ser conservado por su significación cultural, histórica y social para el país y que, como tal sea declarado por la Comisión Nacional de Monumentos".
Nuestro "Parque Nacional" está enclavado a 9 km al SO de la ciudad de Manzanillo en línea recta, separado de la carretera de Manzanillo a Campechuela por 3,5 km de vía pavimentada y a poco menos de 1 km de la línea de costa.
Ciertamente, no es el Sitio Histórico y Monumento Nacional "Parque Nacional La Demajagua" un parque nacional de acuerdo con el Decreto-ley No. 201 del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (dic./99), que dice que un parque nacional "es un área terrestre, marina, o una combinación de ambas, en estado natural o seminatural, con escasa o nula población humana, designada para proteger la integridad ecológica de uno o más ecosistemas de importancia internacional, regional o nacional y manejada principalmente con fines de conservación de ecosistemas".
Estudios de historia ambiental, efectuados en el entorno de la Fábrica de Acumuladores XX Aniversario, permiten a los autores presumir que un área cercana, denominada en su conjunto "Palmas Altas", reúne valores que ameritan su conservación.
Así, exponer los valores patrimoniales, probados y probables, de la zona de Palmas Altas en Manzanillo, que sustentan la necesidad de su estudio y conservación urgente, ha sido el objetivo del presente trabajo.
Es obvia la importancia de este trabajo a los efectos históricos, educativos y de conservación ambiental.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se revisaron las fuentes accesibles, bibliográficas o documentales, relacionadas con la historia de la zona, incluidas las del Archivo Histórico Municipal, además de fuentes bibliográficas relacionadas con la geografía y ecología del lugar. Se hicieron en el terreno algunas observaciones y anotaciones.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Según el Decreto No. 55. "Reglamento para la ejecución de la ley de los monumentos nacionales y locales", en su Artículo No. 6, los "Sitios" son "todos los espacios, lugares o áreas bien sean rurales o urbanos, donde se haya desarrollado un significativo hecho o proceso de carácter histórico, científico, etnográfico o legendario, […] y aquellos donde la naturaleza presenta aspectos que justifiquen el ser conservados. Los Sitios pueden ser: naturales, arqueológicos, urbanos e históricos".
Son Sitios Naturales "aquellas formaciones geológicas o fisiográficas, geográficas y biológicas, o grupos de esta clase de formaciones que tengan una importancia especial desde el punto de vista de la ciencia, de la belleza natural o de las obras conjuntas del hombre y de la naturaleza".
Los Sitios Arqueológicos "son aquellos donde se haya detectado o pueda detectarse, en la superficie o en el subsuelo o bajo el agua, la presencia de elementos que constituyen vestigios de la cultura material y de la vida de los hombres del pasado y merezcan ser estudiados o conservados por su significación científica o cultural".
Los Sitios Históricos "son aquellos lugares donde hayan ocurrido acontecimientos relevantes de la historia nacional o local".
El área de interés, sobre la cual se llama la atención aquí, denominada en adelante "polígono de Palmas Altas" (ver anexo), se ubica a 7 km aproximadamente al Este del centro de la ciudad, está rodeado por o involucra a los asentamientos poblacionales de Las Novillas, Rafael González, Palmas Altas, San Antonio, Entrada de San Antonio, Carlos Coello y La Concepción, está atravesado por la carretera de Manzanillo a Yara y abarca aproximadamente 4 km² (400 ha).
A continuación se exponen los sitios y los argumentos, probados o probables, encontrados en estudio preliminar, a favor de su declaración como sitios patrimoniales y su consecuente estudio profundo y preservación como polígono conjunto o de sus unidades por separado.
Sitio arqueológico e histórico: Asentamiento aborigen de Palmas Altas, punto de contacto indohispánico y donde probablemente tuviera asentamiento, en 1513, la villa de San Salvador, y, donde fuera quemado Hatuey.
Se sabe que el Dr. Bernardo Utset, utilizando procedimientos que no permitieron obtener el máximo de información posible, hizo excavaciones arqueológicas en el sitio Palmas Altas. Corría el año 1940. Encontró allí 3 residuarios aborígenes, con entierros humanos que muestran deformación del frontal, además de evidencias de contacto indohispánico (Tabío y Rey, 1985).
Oliva y Velázquez (1989), siguiendo testimonios de pobladores del lugar y de jornaleros empleados por Utset subrayan que "[...] en ese sitio de grandes magnitudes, fueron encontradas abundantes cantidades de cuentas de vértebras de peces en los entierros, hachas petaloides, vasijas de cerámica de diversos tamaños, fragmentos de burén, idolillos y muchos otros objetos propios del ajuar agroalfarero". Un jornalero les reportó el hallazgo anterior de "[…] esqueletos humanos en posición boca abajo con la cabeza introducida en una vasija de cerámica (urna mortuoria)".
Según estos autores (op. cit.), con posterioridad a los trabajos de Utset en el sitio, sólo se han acometido exploraciones superficiales. Citan la excavación efectuada por un grupo de aficionados de la Universidad de Oriente encabezados por la arqueóloga María Nelsa Trincado que, pudieron encontrar únicamente evidencia de asentamiento en un talud al borde de la carretera que va a San Antonio, donde se encontraron fragmentos de cerámica y residuos alimenticios de concha a una profundidad de 0,20 ó 0,30 cm. No obstante, en la exploración superficial previa, pudo recolectarse abundante cantidad de fragmentos de cerámica, residuos alimentarios (fragmentos de moluscos Melongena melongena y Strombus sp.) en abundancia, cuchillas de sílex, asas de vasijas de barro, fragmentos de vasijas de tamaños diversos, fragmentos de burén, cuchillas y núcleos de sílex, raspadores, una piedra pulidora y otros. Seguidamente, el dúo de historiadores (op. cit.) significa: "Es evidente que debido a las excavaciones realizadas por Utset y la posterior dedicación a los cultivos y la habitación humana en este sitio, fue destruido de manera que es imposible realizar un estudio científico en el mismo, por lo que nos limitaremos a reafirmar que estamos en presencia de un sitio de la cultura agroalfarera con un industria cerámica avanzada, con vasijas de distintos colores (entre el rojizo y negro parduzco) muy dura y de distinto grosor aunque tosca aún".
Gutiérrez (1996) sostiene que el sitio arqueológico de Palmas Altas, destapado por Alfredo Utset Bertot en 1940, y estudiado por él mismo entre noviembre de 1995 y abril de 1996 tiene alto valor arqueológico por mostrar evidencias de contacto indohispánico, o sea, de vida en común de pobladores aborígenes e ibéricos del siglo XVI. Por tal razón, y por mostrar una ubicación coincidente con las descripciones de Diego Velázquez en sus Cartas de Relación y otras razones, expone Gutiérrez (op. cit.) que este debió ser el lugar de asentamiento de la villa de San Salvador en 1513, y por tanto, el lugar donde Hatuey fuera sometido a suplicio y quemado vivo.
Respecto a la bien sustentada propuesta de Gutiérrez (op. cit.), Lago y Yero (2002) opinan que: "[...] representa un serio acercamiento científico al problema y constituye el más acabado y digno de tomarse en consideración para cualquier indagación posterior [...]" pero que su talón de Aquiles "[...] radica en que todavía no se ha emprendido una exploración arqueológica minuciosa del territorio comprendido dentro de la posible área de los hechos".
Sitio histórico y natural: Sabana de Palmas Altas, donde acamparan Carlos Manuel de Céspedes y sus alzados en armas (cerca de seis centenares de hombres) y se otorgaran los primeros grados militares. Probable sabana original con palmas endémicas cubanas del género Copernicia y de otras especies, muchas de tamaño excepcional.
A favor de la historicidad del sitio, que es posible considerar extenso dada su utilidad para el largo avance por terreno despejado y por su utilidad en la acampada de cientos de personas muchas de ellas a caballo, están los siguientes argumentos.
Según se sabe, el 5 de enero de 1793, el capitán Francisco Sánchez Griñán, fue comisionado para el reconocimiento de los cortes de madera establecidos en la ensenada de Manzanillo y toda la costa del Golfo de Guacanayabo. Este militar escribió en su diario: "Salimos del Guazumal por la ceja de Palmas Altas y después de haber pasado por los Puentes para acompañarnos con Don Francisco de Fonseca entramos en el Monte de Manzanillo que empieza en la orilla izquierda de Yara" (ANC: Realengos, s/f).
Mientras Lago y Yero (2002) aclaran, después de revisar un informe con plano adjunto fechado en Bayamo el 2 de abril de 1798, que Guazumal era una hacienda ubicada entre Yara Arriba y Yara Abajo, Waibel (en Waibel y Herrera, 1984) aclara que: "La sabana que está limitada por bosques en forma de galerías a lo largo de los ríos recibe el nombre de ceja".
Según el Coronel José Joaquín Garcés, uno de los primeros 36 hombres reunidos por Céspedes en su ingenio "La Demajagua", relató a Ubieta (Ubieta, 1918) eran "[…] 500 hombres los que ya reunidos estaban en esa finca en la noche de ese memorable día". Se refería al 9 de octubre de 1868.
En otra parte decía (op. cit.): "[…] tomaron por el camino conocido por la Trocha de los Frailes, hasta Palmas Altas, hacienda de crianza donde hicieron alto. Serían las once de la mañana, más o menos. Dieguito Tamayo…, hijo del dueño de aquella hacienda de crianza, dio orden al mayoral de la misma para que dispusiera fuesen sacrificadas algunas reses y proveyese algunas viandas, a fin de que el Ejército Libertador hiciera su primer rancho de campaña".
Continuaba (op. cit.): "Los insurrectos habían hecho alto, pero ocupaban sus puestos en orden de marcha. Carlos Manuel de Céspedes dio orden ¡de frente! y se dispuso a conferir grados militares que hasta aquel momento nadie poseía más que él. …Terminado todo aquello, se rompieron las filas, para almorzar a escape y corriendo pues fueron advertidos de que dentro de pocos minutos debían estar dispuestos a continuar la marcha".
Según el parte rendido, el 13 de octubre de 1868, por el entonces General Segundo Jefe Bartolomé Masó al General en Jefe del Ejército Libertador Carlos Manuel de Céspedes, como a las 10 a.m. del día 10 de octubre estaban congregados en el ingenio histórico como 500 patriotas. Dice Masó (op. cit.) más adelante: "En la madrugada del once (11) recogidas las avanzadas y formadas la columna en número de unos 650 hombres […]".
En otra parte expone (op. cit.): "[…] de 9 y media a diez del día hicimos alto en la hacienda Palmas Altas donde se dispuso a almorzar. Antes de apearnos en aquella sabana se organizó la fuerza por orden de compañías; nombrándoseles sus jefes y subalternos e hicieron otros nombramientos […]. Terminado el almuerzo, como a las 2 de la tarde volvimos a emprender la marcha."
En la versión del Dr. Diego Tamayo que, como se dijo antes, fue testigo de los hechos de interés aquí (Tirado, tomo I, p. 111-112), se expone que el sol caía a plomo "[...] cuando la vanguardia desembocó en la sabana de Palmas Altas [...] Estábamos entre Manzanillo y Yara". Estando allí: "[...] se divisó entre los saos lejanos, un hombre a caballo [...]". Además plantea algo muy importante: "Se hizo alto a la orilla del arroyo Palmas Altas y el mayoral de la finca, Silvestre López, preparó comida para todos. [...] Esparcidos por las márgenes del arroyo, entre los árboles, se veían confundidos en los grupos, "montunos" y "poblanos", blancos y negros, que en alegre conversación, o cantando décimas, entretenían el descanso en aquellas horas [...]".
Waibel (en Waibel y Herrera, 1984) aclara que: "Un pequeño bosque o manigua aislados en medio de una sabana se llama sao, término aborigen. Pichardo llama "los oasis de Cuba" a los saos. La vegetación principal de los saos está compuesta de palmas como el yarey y la palma cana, y un árbol de madera dura, el guayacán (Guaiacum officinale)".
Tirado, aludiendo a uno de los complotados cuyos bienes fueron embargados, en Efemérides de Manzanillo (pág.126, tomo I, AHM) expone que tenía su campamento en los espinales de Palmas Altas. Evidentemente, tal denominación, utilizada también por el Coronel Garcés en su relato a Ubieta (1918), alude a la presencia de plantas xeromorfas espinosas, probablemente de los géneros Brya (granadillo o espino) y/o Belairia (yamaquey), notorias en las sabanas según Waibel (op. cit.).
Aceptando que la concentración principal se hiciera donde está ubicado un mojón, colocado en 1948 por un grupo de cadetes y militares para marcar el supuesto itinerario de Céspedes, aledaño a la carretera Manzanillo-Las Novillas, es posible aceptar que la dispersión de los centenares de sublevados, para almuerzo y descanso, alcanzó el fragmento de sabana original (¿natural?) remanente ubicada a unos 800 metros al noreste. De modo que, estamos en presencia de un escenario histórico muy poco diferente hoy del conocido por Céspedes y sus hombres.
Veamos seguidamente argumentos a favor de la naturalidad del sitio no sin antes exponer que en la terminología geobotánica moderna (Ellemberg y Mueller-Dumbois, 1966), el vocablo sabana, de origen caribe, es aplicado a los ecosistemas tropicales cuyos estratos dominantes están formados por plantas herbáceas (sobre todo por gramíneas y ciperáceas) con árboles entremezclados, más o menos repartidos uniformemente, que pueden ser palmas, pinos, árboles latifolios siempreverdes, caducifolios, o espinosos.
Waibel (en Waibel y Herrera, 1984) define a la sabana como "un campo abierto compuesto de hierbas y juncos, con pequeños arbustos, palmas y, en algunas áreas, pinos, todos ellos esparcidos en el mismo". Antes, aclarando que los nombres científicos los había tomado del Diccionario Botánico de Nombres Vulgares Cubanos de Juan Tomás Roig, exponía que: "La vegetación de estas sabanas, de acuerdo con Pichardo, consiste en espartillo (Sporobolus indicus); yábunas (Zamia sp.), una cícada xeromórfica de raíces tuberosas; algunos guanos, palmas con hojas flabeladas; yamaqueyes (Belairia mucronata), un arbusto de apenas doce pies de altura cubierto de espinas, y peralejos (Byrsonima crassifolia), arbusto muy ramificado con hojas cubiertas de pelusas. Otros arbustos xeromórficos, de hojas pequeñas, como la maboa de sabana (Cameraria retusa), Brya ebenus y Erythroxylum rotundifolium."
Y continuaba Waibel (op. cit.): "Las palmas típicas de las sabanas son la palma cana (Sabal mexicana), jata (Copernicia hospita), palma jata (Copernicia macro-glossa), yarey (Copernicia yarey) […]. De acuerdo con Bennett, el nombre sabana, en Cuba, se refiere especialmente a la tierra donde crece la palma cana".
Este mismo autor alemán (op. cit.), que en 1943 presentó un mapa teniendo en cuenta el análisis de toponímicos en el Mapa Militar de Cuba de 1906-1908, a escala 1:62 500, publicado por el Departamento de Guerra de Estados Unidos en setenta hojas, ubica en el hoy territorio granmense una sabana llamada Sabana Grande, extendida de suroeste a noreste rebasando la línea de ferrocarril Manzanillo-Bayamo, cuyo extremo norte alcanza el polígono que discutimos.
Efectivamente, Bennett y Allison (1928) sostuvieron que: "Los terrenos con palma cana son casi universalmente designados como sabanas en Cuba [...]", y en otra parte que: "La hierba de sabana más característica es el espartillo [...]. Usualmente se encuentra presente palma cana, caimitillo, marañón, peralejo, guano y otros arbustos y árboles de poca talla; como regla general todo esto más esparcidamente y más pequeños en el suelo más poco profundo y más densos y más altos en las depresiones de suelos más profundos donde hay mejores condiciones de humedad. Algunas áreas sólo sostienen hierbas y otras tienen palma cana, yarey, [...] ampliamente esparcidas a través de la delgada cubierta de hierba".
Herrera (en Waibel y Herrera, 1984) en su trabajo sobre el origen de las sabanas cubanas llama sabana natural a la que Waibel denominara Sabana Grande para lo cual se basa en la referencia de Narváez o Las Casas que, en 1512, adentrándose en Bayamo para su conquista dice: "[…] tierra llana y descubierta de montes y harto graciosa". Esta implícita aceptación del Bayamo de entonces en las inmediaciones del Manzanillo actual coincide con lo expuesto por Gutiérrez (1996) de que Bayamo (entiéndase San Salvador) estuvo asentado en Palmas Altas. Es notorio que Herrera (op. cit.) en esta obra ubicara la sabana de Bayamo en las cercanías del actual Manzanillo y no en las cercanías del actual Bayamo donde también había, según ilustra, una sabana natural ¿Sería esto acaso un error? ¿Por qué no coinciden en ubicación las primeras sabanas de que se tenga noticias, incluidas las de "Bayamo", en los mapas de Herrera (1984) y Borhidi y Herrera (1977) habiendo un autor común?
Borhidi y Herrera (1977), exponiendo sus criterios sobre la génesis, características y clasificación de los ecosistemas de sabana, plantean aspectos de nuestro interés:
-Que las sabanas, por su génesis, se clasifican en naturales o primarias y antrópicas o secundarias; las primeras se subdividen en climáticas y edáficas, según el factor ecológico principal que las controle, y las segundas, según la extensión e intensidad de la influencia humana, se subdividen en semiantrópicas, antrópicas o artificiales.
-Que al seleccionar el lugar para fundar la villa de San Salvador (después de su traslado conocida como San Salvador de Bayamo), Diego Velázquez tuvo en cuenta dos características: 1) presencia de poblaciones indígenas para explotarlas en la extracción de oro, y 2) existencia, en los alrededores, de tierra de pastoreo para alimentar el ganado vacuno y caballar, y de bosques para alimentar los cerdos.
-Que desde antes de la conquista existían sabanas naturales (en general edáficas) y antrópicas. Estas últimas pudieron ser resultado de la utilización del fuego como medio para destruir el monte y desarrollar la siembra a tumba y jan (coa) descrita por Bartolomé de las Casas y Gonzalo Fernández de Oviedo.
-Que según opinó Beard en 1953, las sabanas naturales se forman en territorios orográficamente viejos (denudados), o sea, llanuras con poca energía de relieve y, por tanto, favorables para la acumulación de suelos arcillosos pesados, de mal drenaje, que causan el estancamiento de las aguas superficiales en la época de lluvia. En resumen, atribuyó gran importancia a los factores orográficos y, basado en éstos, planteó que la economía extrema del agua, condicionada por la falta de pendientes, y la estructura interna del suelo, eran los factores determinantes para la formación de las sabanas, y que las características químicas del suelo tenían importancia secundaria.
-Que las sabanas edáficas se desarrollan en un clima estacionalmente seco (con 5-8 meses secos) y en terrenos llanos, condicionados por suelos de poca profundidad y/o de mal drenaje, que provocan en la vegetación una economía extrema del agua. Éstas están caracterizadas por la inundación del ecótopo en la época de lluvia, y el aridecer del suelo, combinándose con fuegos meteóricos en la época de seca.
-Que además de los pedólogos Bennett y Allison, los botánicos León, Marie-Victorin, Seifriz, Carabia, Beard y Knapp aceptaron como sabanas naturales los territorios con palmas y pinos, sin conocer de autopsia la vegetación de Cuba y subestimando la tolerancia de las plantas arbóreas que son capaces de formar cualquier tipo de bosque natural en los suelos de sabana.
-Que Borhidi y Muñiz (inédito en ese momento) confeccionaron un mapa de la vegetación potencial de Cuba detectando los restos de la vegetación original en todas las áreas de "suelos de sabana" y determinando que los tipos de vegetación natural de estas áreas eran (exceptuando los suelos arenosos de Pinar del Río) bosques arbustivos secos, espinosos secos o semideciduos micrófilos.
-Que fisionómicamente son distinguibles las sabanas con Copernicia que se caracterizan además por encontrarse en zonas estacionalmente inundadas en los valles de los ríos, sobre suelos gleyzados o mocarreros, ser frecuentes en las llanuras de Oriente, ser sabanas originales, edáficas, condicionadas por las fluctuaciones extremas del agua en el suelo, aunque puedan ser secundarias después de la tala del bosque aluvial y, a veces, de los bosques semideciduos micrófilos. Sus especies características son varios miembros altos del género Copernicia, árboles micrófilos del bosque original, en general espinosos como Belairia mucronata y herbáceas de los géneros Andropogon, Rhynchospora, Fimbristylis y de la especie Eragrostis elliottii.
Basado en lo anterior se puede presumir que el fragmento que se discute aquí, de la probable extensa sabana de Palmas Altas, es original, de tipo edáfico, natural, o al menos de tipo antrópico surgido por la actividad del hombre aborigen cubano.
Quizás, lo primero que se debiera exponer a favor de la originalidad de esta sabana (entiéndase existente antes de 1492) es que en sus inmediaciones, a aproximadamente 1 400 metros, existió un asentamiento aborigen, de cultura agroalfarera. Se sabe que estos hombres aprovechaban terrenos desmontados o desmontaban terrenos con ayuda del fuego para cultivar yuca, maíz, etc. y "sabanizaban" territorios.
La existencia actual de palmas de los géneros Copernicia y Sabal principalmente, de considerables longitud y edad (téngase en cuenta la relación largo-edad), testigos muy antiguos de un ecosistema y un toponímico muy antiguos también, además de un estrato herbáceo dominado por gramíneas, sugieren la evaluación de este sitio como un remanente de la precolombina y extensa sabana original (¿natural?).
Sitio natural: Bosque Monte Alto, probable remanente de la vegetación boscosa original del área que por su composición arbórea y ubicación en relieve sirviera de inspiración al toponímico "Monte Alto" -uno de los más viejos de este terruño. Es un verdadero bosque que, después de muchos años de conservación por sus antiguos dueños, es aprovechado por su propietario actual en la extracción de maderas de valor.
Evidentemente, los sitios mencionados reúnen condiciones para, de modo inmediato y precautorio, ser protegidos por las instituciones responsables y, poco más adelante, ser declaradas al menos como Monumentos Locales teniendo en cuenta la Ley No. 2 o Ley de los Monumentos Nacionales y Locales que entiende como Monumento Local a "[…] toda construcción, sitio u objeto que, no reuniendo las condiciones necesarias para ser declarado Monumento Nacional, merezca ser conservado por su interés cultural, histórico o social para una localidad determinada y que, como tal, sea declarado por la Comisión Nacional de Monumentos".
Si bien el polígono de Palmas Altas pudiera no considerarse sensu stricto como parque nacional según las especificaciones del Decreto-Ley No. 201 del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, sí pudiera según ese mismo documento legislativo, en su Artículo No. 19, ser declarado como "Elemento Natural Destacado" pues "es un área que contiene una o más características naturales de valor destacado o excepcional, por su rareza implícita y sus cualidades representativas o estéticas y que puede contener valores histórico-culturales asociados, siendo manejada con el fin de conservar dichas características y valores".
Queda claro que son necesarios estudios más profundos de fuentes documentales y archivos de propiedad, por ejemplo, además de trabajos de campo y gabinete en el orden botánico.
Queda clara también la necesaria integración de conocimientos, profesiones, instituciones y voluntades en pos de conseguir la defensa de este patrimonio de los manzanilleros.
CONCLUSIONES
El polígono de Palmas Altas reúne valores arqueológicos, históricos y naturales que, aunque necesitados de estudios más profundos, permiten presumir que estamos en presencia de un área digna de ser conservada y, al menos, protegida precautoriamente hasta que los estudios definan su status más conveniente.
Referencias Bibliográficas.
1.-AHM. Masó, Bartolomé. Parte del General Segundo Jefe Bartolomé Masó al General en Jefe Carlos Manuel de Céspedes emitido en Naguas el 13 de octubre de 1868 (transcripción manuscrita).
2.-AHM. Tirado, Modesto. Efemérides de Manzanillo. Tomo I, págs. 111-112 (descripción de los primeros hechos, de La Demajagua a Yara, hecha por Diego Tamayo y copiada por Tirado).
3.-AHM. Tirado, Modesto. Efemérides de Manzanillo. Tomo I, pág. 126 (relación de patriotas cubanos a los que se embargaron sus bienes por tomar parte en la insurrección, aparecida en la Gaceta Oficial del 20 de abril de 1869).
4.-AHM. Tirado, Modesto. Efemérides de Manzanillo. Tomo III, págs. 470-471 (acuerdos del Centro de Veteranos el 3 de sept. de 1927).
5.-AHM. Ubieta, Enrique. Efemérides de la Revolución Cubana. La Demajagua-Yara- Bayamo.10 de octubre de 1868. Periódico "La Discusión", Jueves 10-octubre de 1918.
6.-Bennett, H.H. y A.V. Allison. The Soils of Cuba. Tropical Plant Research Fundation. Washington, 1928 (publicado en español como Los Suelos de Cuba por la Comisión Nacional Cubana de UNESCO en La Habana, 1962. 380 p.)
7.-Borhidi, Attila y Onaney Muñiz. Mapa de la vegetación potencial de Cuba. Imprenta Juceplan, Ciudad Habana. (edición en español del artículo publicado en Acta Botanica Academiae Scientiarium Hungarical. Tomus 26 (1-2), pp.25-53 (1980)).
8.-Borhidi, A. y R. Herrera. Génesis, características y clasificación de los ecosistemas de sabana de Cuba. Revista Ciencias Biológicas. No. 1, 1977. p. 115-130.
9.-Decreto No. 55. Reglamento para la ejecución de la ley de los monumentos nacionales y locales. Gaceta Oficial de la República de Cuba # 40. La Habana, 1979.
10.-Decreto-ley No. 201 del Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Gaceta Oficial de la República de Cuba # 84. La Habana, 1999.
11.-Ellemberg, H. y D. Mueller-Dumbois. Tentative physiognomic ecological classification of plant formations of Earth. Ber. Geobot. Inst. Rübel, 37:21-56. 1966.
12.-Gutiérrez R., Valentín. Acerca de la fundación de la villa de San Salvador. Revista El Caribe Arqueológico, Casa del Caribe, Stgo. de Cuba, No. 1, 1996. pp 87-99.
13.-Lago, Angel y José Yero. San Salvador de Bayamo: sigue el misterio. Ediciones Bayamo, Bayamo, 2002. 59 p.
14.-Ley No. 2 (Ley de los Monumentos Nacionales y Locales, del 4 de agosto de 1977). En: Protección del Patrimonio Cultural. Compilación de textos legislativos. Consejo Nacional de Patrimonio Cultural. Ministerio de Cultura, 1996. pp 22-27.
15.-Oliva, Nelson y Angel Velázquez. Apuntes históricos sobre la arqueología aborigen en Manzanillo. La Plata. No. 6. Bayamo, julio-septiembre, 1989. Págs. 3-12.
16.-Tabío, Ernesto y Estrella Rey. Prehistoria de Cuba. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1985. 234 p.
17.-Waibel, Leo y Ricardo Herrera. La toponimia en el paisaje cubano. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1984. 97 p.
Fecha de publicación en Enciclopedia Manzanillo: 2007.