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Italianos en Manzanillo.

Autor(es):
María Grant González.

Aproximación a la presencia y huella italiana en Manzanillo.

1. Introducción

Mi capacidad de asombro ha desbordado los límites de lo posible cuando de indagar algún tema en mi natal Manzanillo se trata. Tal me ocurrió en el momento mismo en que decidí saber hasta dónde se podía rastrear la huella italiana en mi pueblo, ubicado a más de 800 kilómetros de la capital, en el extremo oriental de Cuba.

Confieso que con esta indagación una vez más descubrí desde La Habana nuevos valores culturales –en este caso, bajo la impronta italiana– atesorados en aquella ciudad a la que, por estar situada justo en el Golfo del Guacanayabo, llaman la Novia del Mar, Perla del Guacanayabo, Reina del Golfo….(1)

En la actualidad y a partir de la nueva división política administrativa realizada en Cuba en 1976, Manzanillo es la cabecera del municipio del mismo nombre y la segunda ciudad en importancia de la provincia llamada Granma, cuya capital es Bayamo, urbe mediterránea que encuentra su salida al mar en aquel Golfo.

La denominación de Manzanillo se debió a la abundante presencia en sus tierras durante la Conquista española del Hippomane mancinella, nombre científico con el que se designa al Manzanillo, arbusto venenoso con cuyo látex emponzoñaban sus dardos los indios aruacos que, procedentes del nordeste venezolano, habitaron este territorio.

Sin embargo, no fueron los aborígenes quienes llamaron de esta manera a dicha planta si no los españoles –tan dados a los diminutivos– a los que la apariencia de sus frutos les traía el recuerdo del olivo que produce la aceituna manzanilla. Con el mismo nombre de Manzanillo pueden localizarse sitios marítimos en países tales como México, Panamá, República Dominicana, e interiores en Guatemala y España.(2)

Pero volvamos al Manzanillo cubano que no sólo fue propicio al comercio sino también al tráfico ilegal y al contrabando, tal como narra el poema épico-heroico de Silvestre de Balboa Espejo de paciencia (1608), considerado por los especialistas como la obra que inaugura la Literatura cubana.

Justamente por esta condición de punto de encuentro para el contrabando y sus consecuencias, es que Manzanillo resultó un sitio no propicio al asentamiento humano hasta bien entrado el siglo XVIII. Su fundación como ciudad fue expedita por Real Cédula emitida el 11 de julio de 1792.

Cantores de la talla de Benny Moré, una estatua en cuyo honor se levantó recientemente en el malecón manzanillero, dedicaron composiciones musicales de alto vuelo a esta ciudad. Poemas a Manzanillo escribieron renombrados autores cubanos como el cantautor Carlos Puebla y el poeta Manuel Navarro Luna.

Sobran las razones para que también hombres y mujeres procedentes de Italia encontraran el sitio para vivir –y hasta para morir– en tierras manzanilleras.

2. Bartolomé Masó y Modesto Tirado en el "Album Italia-Cuba".

Al indagar sobre el tema con el director del Archivo Histórico de Manzanillo, Licenciado Delio Orozco, éste nos remite a la obra inédita de Modesto Arquímedes Tirado Avilés, Apuntes de un corresponsal, que recoge momentos finales de la Asamblea de Santa Cruz del Sur, la cual sustituyó en 1898 al Consejo de Gobierno de la República de Cuba en Armas, presidido por el mayor general Bartolomé Masó y Márquez.

La guerra había terminado en agosto de 1898 con la intrusión de Estados Unidos en la contienda cubana por la independencia de la Isla del coloniaje español. Al inaugurar las sesiones de la Asamblea, Masó dirigió a sus integrantes un mensaje alertando de la situación anómala e imprevista en que la intervención norteamericana colocaba a los cubanos y, sobre todo, al Ejército Libertador de cuyas filas salieron los 44 representantes que habrían de formar la Asamblea Constituyente.

Por reunirse por primera vez el 24 de octubre de aquel año en el pueblo de Santa Cruz del Sur, en la provincia de Camagüey, esta Asamblea pasó a la historia con ese nombre. Luego se trasladan para Marianao, en La Habana, y poco después para la Calzada del Cerro, sitio en el que terminó sus labores el 4 de abril del siguiente año. A 1898 corresponde el Álbum Italia-Cuba que, con una expresiva carta del presidente Masó como prólogo, se publicó en La Habana, en los talleres del periódico El Fígaro. Dicho Álbum estaba conformado por una cuartilla autográfica de cada representante, recopiladas por el Dr. Francisco Federico Falco, quien había hecho campaña en el seno del Comité Italiano para la libertad de Cuba.

"La Cámara italiana de diputados agradeció mucho la remisión de dicho álbum y su presidente, Hon. J. Colombo, en atenta comunicación oficial dirigida al presidente de la comisión ejecutiva de la Asamblea de la revolución cubana, da cuenta de la grata manifestación de simpatía que despertó allí el álbum de autógrafos de los representantes cubanos y del encargo que la misma Cámara le confiaba de expresar el más vivo agradecimiento y la especial consideración de aprecio con que los diputados nacionales italianos se complacen en distinguir a sus compañeros de Cuba".(3)

Según señala el historiador Oscar Zanetti Lecuona, en su trabajo "Italia y la República de Cuba: inicios de una relación secular", después de instaurada la República que nació bajo la intervención norteamericana, Falco fue el primer cónsul de Cuba en Génova, ciudad de especial  importancia para la navegación y el comercio con las Antillas. Precisamente se le confió esta función por haber sido uno de los principales animadores del Comité Italiano para la Libertad de Cuba, además de integrante del Ejercito Libertador, en cuyas filas alcanzó el grado de comandante-médico.(4)

El Álbum Italia-Cuba está dedicado "a los diputados de la Cámara italiana y a todos los ilustres patriotas que solemnemente afirmaron la solidaridad de la nación italiana hacia Cuba esclava, en nombre de los representantes populares de Cuba redimida, como intercambio de afectuosa fraternidad". Por su contenido considero importante reproducir en toda su extensión la carta-prólogo de Masó dirigida a Falco:

Señor Dr. Federico Falco. Estimado Señor: Cúmpleme la satisfacción de ser el interprete cerca de usted, de los sentimiento del Consejo de gobierno que presido, y en cierto modo diría también, de todo el pueblo cubano; sentimientos, repito, de afecto y gratitud hacia las corporaciones y personas a las que usted ha venido a representar ante nosotros, y también muy especialmente hacia usted mismo. Con la natural satisfacción de los que encontrándose empeñados en sangrienta y desigual lucha, por una causa noble y justa, se sentían casi abandonados de todos, hemos leído los documentos y comunicaciones presentados por usted a este Gobierno. Al Comité Italiano Central por la Libertad de Cuba, al Comité de la Juventud Republicana Livornesa, al Círculo Popular “Giuseppe Mazzini” de Génova, como a cuantas honorables personas componen esas sociedades, como a todos los que por un pueblo lejano han sentido una simpatía que tan noblemente se expresa en los documentos que usted nos ha presentado, damos las gracias más fervientes y sinceras. Cuba en el porvenir, jamás podrá olvidar estos nobles estímulos, que vinieron a alentarla en su lucha por la libertad. Ruégole que a su vez interprete, usted, doctor Falco, esta gratitud nuestra cerca de aquellos que a nosotros le han enviado. Y en cuanto a usted, cuyos interesantes trabajos, cuya propaganda activísima en pro de nuestro ideal, nos son bien conocidos, no tengo frases que puedan expresar con exactitud nuestro eterno reconocimiento. El pueblo de Cuba no podría mostrarse a usted agradecido, si no considerándolo como parte de sí mismo; esto es, teniéndolo como debe tenerlo, por un cubano más. Crea usted en el afecto y consideración de todos nosotros y en particular en los sentimientos de sincera amistad de quien no vacila en llamarse su compatriota al par que su amigo. – Bartolomé Masó.

¿Por qué se interpreta este hecho como antecedente de la presencia italiana en Manzanillo? Primero porque Masó nació en 1830 y murió en 1907 en esa ciudad. Segundo porque Tirado, autor también de una cuartilla que integró dicho Álbum, aunque oriundo de Puerto Rico, fue manzanillero por adopción. Secretario de despacho de Masó, al término de la guerra independentista resultaría el primer alcalde por elección popular en Manzanillo y también el primer historiador en propiedad de aquella ciudad(5). He aquí también las palabras de Tirado:

Dr. Falco: Sea usted bienvenido a esta tierra, la última de América que ha logrado emanciparse de la tutela europea. Representa usted entre nosotros el vigoroso empuje de la joven Italia, la Patria nueva que, junto al genio de Volta y Tesla, debe enorgullecerse con la gloria de ser madre de Cristóbal Colón y Américo Vespucio. Los cubanos tenemos también entre los hijos de Italia un gran compatriota, que nació por accidente en Niza. La Patria de Garibaldi es el mundo. Donde quiera que la libertad tiene un altar, allí está el puesto de Garibaldi. Noviembre 13 de 1898. M. A. Tirado, representante por Santiago de Cuba.(6)

En un inicio Tirado se casó con una sobrina de Masó, Rita Masó Toledano, quien muere tempranamente. Luego contrajo segundas nupcias con otra manzanillera, Georgina Luz. Muere el 7 de enero de 1952 en la casa ubicada en la esquina de Aguilera y Merchán. Sus restos reposan en el cementerio local.

3. La obra escultórica de Ulisse Luisi.

En la actualidad, para los manzanilleros hay otro nexo italiano con Masó, cuando, al pasar por el parque que lleva su nombre, ubicado a orillas del mar, contemplan una estatua que, erigida en honor del insigne patriota, fuera inaugurada el 24 de febrero de 1916. Según consigna Modesto Tirado en su libro Efemérides de Manzanillo, la obra fue costeada con fondos del Consejo Provincial de Oriente y construida en Italia por el escultor Ulises Luisi de Pietrasanta(7), primer monumento develado para honrar la memoria de este gran patriota cubano.

 1527.png (Foto de Julio César González)

Parece que otra obra de este escultor toscano está en Gibara.(8)

4. El músico Giacinto Minelli.

Mis primeras aproximaciones al tema de la huella de Italia en Manzanillo coincidieron con la celebración en el año 2004 del centenario de la fundación de la Banda Municipal, creada –ni más ni menos– por un italiano: Jacinto Minelli.(9)

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(Foto de Julio César González Labrada)

Según consta en el Libro de Actas de la Sesión del Ayuntamiento, correspondiente al día 7 de octubre de 1904, ese día se adoptó el acuerdo de consentir que se formara la agrupación musical que ha perdurado hasta nuestros días.

Durante una entrevista, Luís Enrique García Álvarez –trompetista de la Banda hasta 1965– evocó a otro de los músicos-fundadores: su tío Lorenzo Álvarez, quien, en sus acostumbradas pláticas sobre el tema, consideraba que "aquel ilustre italiano aprovechó el caudal artístico manzanillero para transformar la inicial Banda de Bomberos en Banda Municipal".

Pero Minelli no pudo disfrutar por mucho tiempo de su gran realización. De acuerdo con el registro del cementerio local, él fue enterrado el 24 de junio de 1905, después de fallecer a consecuencia de una parálisis general. Como homenaje póstumo permanente, su tumba se levanta en un costado de la entrada principal de la necrópolis.

5. El pintor Francesco Beccantini.

Aunque no aparece en el registro del cementerio local, por haber fallecido antes de que los enterramientos se hicieran en el camposanto, hay evidencias testimoniales de que otro italiano notable residió en Manzanillo, donde realizó una significativa actividad cultural: Don Francisco Becantini.(10)

En varios ejemplares del "periódico mercantil, económico y literario" La Antorcha, del año 1864, que pude consultar en el Archivo Histórico de aquella ciudad, aparecen de manera sistemática anuncios que invitaban a la clientela a acudir a su estudio para hacerse retratos. Así, en el ejemplar correspondiente al viernes 26 de febrero de 1864, puede leerse que "avisa al público en general y a sus amigos en particular que tiene abierto su salón todos los días, sean serenos o nublados, desde las 11 de la mañana hasta las 3 de la tarde en la calle de Cristina (actual José Antonio Saco) número 25, frente a la Administración de Correos". Ya el 9 de noviembre de ese mismo año, se hace notar bajo el título de "Salón Fotográfico de Becantini", que "deseoso de proporcionar a este culto público todas las mejoras modernas que se presenten en dicho arte, ha conseguido un nuevo sistema de retratos de doble fondo, que por su hermosura no tienen iguales: las personas que quieran honrarle con visitar su salón se convencerán de la verdad de este nuevo procedimiento". Propone –además– hacer "retratos en tarjetas de todas clases, lo mismo que ambrotipos y todos a precios moderados". Se mantiene el horario de trabajo y la localización del estudio. Este mismo anuncio se repite el 23 de diciembre de 1864.

1529.png (Foto de Julio César González Labrada)

En su artículo inédito "Sobre la historia del Teatro Manzanillo", Enrique Véliz García hace referencias a la labor que como escenógrafo realizara Becantini acompañado de su ayudante, el mestizo Jesús Fernández. Inaugurada el 14 de septiembre de 1856, según este autor, la edificación denota "el gusto por lo italiano de la sacarocracia cubana (criolla)" lo que se refleja en la arquitectura, en sus galerías, palcos, en la herradura y en su escenario, precisa.

Después de diseñar y pintar el Teatro Reina, de Santiago de Cuba, Becantini se traslada a Manzanillo, contratado para hacer el gran mural cenital (cielorraso) así como el resto de las decoraciones. En su momento, la singular belleza de los decorados, hizo del teatro una joya. Se recuerdan los murales que, a ambos lados del proscenio, recreaban las figuras de angelotes y flores. Y el gran fresco del cielorraso, que remedaba con eficaz sutileza el hogar de las musas, sorprendente por la feliz conjugación de los colores y la exquisita técnica del maestro Becantini y de su ayudante.

En opinión de Veliz García, "apasionado por el ambiente popular de la villa y Puerto Real de Manzanillo e impresionado su temperamento de artista y bohemio, (Becantini) plantó su residencia definitiva en Manzanillo, donde murió en 1877".

6. El Teatro y la presencia italiana.

Ruta obligada para cantantes o compañías italianas que visitaban Cuba eran las ciudades de Cienfuegos y Manzanillo. Llegaban a La Habana y de aquí partían por carretera hacia la Perla del Sur; luego, por mar arribaban a Manzanillo.

Por eso, este teatro acogió con bastante frecuencia a notables intérpretes del bel canto, estilo vocal que se desarrolló fundamentalmente entre finales del siglo XVII y la primera mitad del siglo XIX, época en la que se comenzó a utilizar el término tal y como se entiende hoy día. Derivado directamente de la ópera italiana, tuvo su apogeo a mediados del siglo XVIII. Como es sabido, grandes compositores del bel canto fueron los italianos Claudio Monteverdi, Rossini y Vincenzo Bellini, entre otros.

Después de permanecer cerrado durante muchos años, la instalación fue sometida a una gran restauración que lo convirtió en una sala con todos los requisitos técnicos para acoger espectáculos de primer nivel, como sucedió en este 2005 con figuras destacadas del Ballet Nacional de Cuba, entre otros.

Sin embargo, la restauración de la decoración interior no tuvo tan buena suerte, pues ya se pueden apreciar algunos vestigios de humedad. Es necesario aclarar que sólo los dibujos de los palcos y galerías de ambos lados del proscenio son originales, restaurados, conservados y barnizados. El cielorraso se reconstruyó, a partir de plantillas conservadas de la edificación, y de fotos de la época y, aunque no es el original hecho por Becantini, se respetó lo realizado por el artista italiano.

7. Otros datos esporádicos de presencia italiana.

Hubo naturalmente en Manzanillo también una presencia italiana de gente diría normal, de aquellas personas en otras palabras que difícilmente dejan huellas evidentes, a menos de no rastrear sus nombres en los registros parroquiales, municipales o parecidos. En todo caso, a raíz de mi limitada investigación, saqué algunas referencias de este tipo, que considero de cierto interés para el lector.

Como dije, en el siglo XVII Manzanillo se convirtió en un centro comercial de rescate de primaria importancia. En los primeros años de este siglo un tal Pompilio Genovés controlaba buena parte de este tráfico. En un solo año, el 1602, este señor despachó la carga de ocho navíos.(11)

En la Guía de Forasteros por el año 1848 vive en Manzanillo Nicolás Lasso, abogado colegial.(12)

En la lista de los italianos "extranjeros enemigos" contenida en el Decreto del 23 de diciembre de 1941, resultan en Manzanillo tres personas: Carlos Gaetano, Miguel de la Ventura Dilela y José Silano Gambino.(13)

En fin, en el padrón del cementerio de Manzanillo aparecen los italianos: María Corino Nápoles, sepultada el 24 de diciembre de 1903; María Veneroni Marche, el 9 de septiembre de 1921; Miguel de la Ventura D.(14), el 15 de julio de 1948; Paolo Balacien, el 19 de julio de 1949 y María Luisa Roggelo B., el 15 de marzo de 1955.

Sobre estos nombres hay que añadir que muy a menudo a los italianos se les españolizaban o distorsionaban los apellidos, de manera que a veces resulta difícil o imposible recuperar el apellido original. En sus formas correctas italianas los encontrados en Manzanillo suenan así: Beccantini - Corino - Della Ventura - Di Lella - Gaetano - Gambino - Genovese - Lasso - Luisi - Minelli - Silano - Veneroni, mientras los dos Balacien y Roggelo acaso coresponden a Ballasini y Roggero.

8. El constructor Domenico Spadea, una presencia reciente.(15)

Nacido el 22 de enero de 1905 en Petrizzi, provincia de Catanzaro, el contratista Domenico Spadea es otro caso de un italiano que en pleno siglo XX dejó una palpable huella a su paso por los territorios orientales de Cuba(16) y, muy especialmente, en Manzanillo, donde yacen sus restos en el cementerio local desde su muerte el 3 de agosto de 1974.

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Aunque no existe en aquella ciudad una obra civil suya, se conservan varias de sus construcciones en el templo espiritista que, fundado en 1933 por el francés Juan Bautista Lavié Peré, está ubicado en el barrio rural de Los Letreros. Como contratista tuvo además a su cargo la ejecución de varias edificaciones en Holguín, Bayamo, Contramaestre, Camagüey… El traslado por los diferentes puntos lo garantizaba con un camión, una camioneta y un automóvil, todos de su propiedad.

La presencia de Spadea por Manzanillo se remonta a la década de los años 50 cuando era esposo de Angelina Sánchez, directora entonces del templo Lavié. De esa unión nació una niña: Margarita. Al marcharse Angelina al exterior, durante uno de sus trabajos en Holguín, Spadea conoce y contrae segundas nupcias con Erenia Beceña.

En el templo Lavié construyó el Cristo que indica la entrada, la Cruz Blanca, la gruta de Lourdes, el Salón X, la Casa Clínica, el Calvario, además del inmueble donde residió.

El templo y la práctica fundados por Lavié se mantienen vigentes hasta nuestros días y, aunque el centro principal radica en Los Letreros, funcionan algunos en otros lugares del país. Se considera una práctica espiritista mucho más refinada que el espiritismo de cordón, tal vez cercana al espiritualismo y con proximidades al catolicismo, esto último por la presencia de abundante iconografía y novenas. Justo por eso, es que, sin lugar a dudas, Domenico Spadea es una presencia actual y permanente entre los manzanilleros, especialmente aquellos devotos de la fe espiritista fundada por Juan Bautista Lavié.

9. Conclusiones.

Aunque en la diáspora italiana hacia Cuba, los ciudadanos italianos que emigraron a Manzanillo son apenas una gota de agua en ese gran mar de mujeres y hombres, es evidente que algo quedó de esa presencia.

Este breve intento por acercarnos al tema, sólo sienta pautas para continuar la investigación, y, por ejemplo, lograr que los descendientes que aún residen en esa ciudad cubana del sureste de la Isla aporten pruebas testimoniales de cómo fue el paso de sus antepasados italianos, o, seguir indagando en los archivos.

No obstante, mientras llega ese momento, son innegables las evidencias aquí mostradas a más de la Banda Municipal y el Teatro de Manzanillo, obras que perviven hasta nuestros días como un permanente homenaje de recordación a estos dos italianos, Jacinto Minelli y Francisco Becantini, que echaron raíces en aquella ciudad y pasaron a la historia local como grandes promotores de la cultura y del arte.

Agradecimientos

A Julio César González Labrada, fotógrafo manzanillero, autor de las fotos de este trabajo, y a Domenico Capolongo, por la asistencia sobre los apellidos.

Citas y Notas

1.-Delio Orozco González y Julio Sánchez Chang: Manzanillo, la Perla del Guacanayabo, Ediciones Bayamo, 2002.

2.-Idem.

3.-Modesto Arquímedes Tirado Avilés: Apuntes de un corresponsal, Tomo II, obra inédita, consultada en Archivo Histórico Municipal de Manzanillo. 

4.-Oscar Zanetti Lecuona: “Italia y la república de Cuba: inicio de una relación secular”, en: Emigración y presencia italiana en Cuba, volumen II, pp. 11-20, Roccarainola, 2003.

5.-Entrevista con el licenciado Delio Orozco, director del Archivo Histórico Municipal de Manzanillo, y autor de varios trabajos sobre Tirado.

6.-Santiago de Cuba era entonces toda la provincia de Oriente.

7.-Pietrasanta es un municipio italiano de Toscana, provincia de Lucca. El apellido Luisa es muy abundante en el área entre Liguria y Toscaza.

8.-A propósito, hay una estatua de Colón, situada en el parque de aquella ciudad de la provincia de Holguín, que en la parte de atrás, tiene una placa que parece referirse al mismo autor de la estatua de Manzanillo.

9.-Este apellido se mutó o españolizó también en Minely, Minielli, etc…Minelli es apellido muy difundido por Italia.

10.-La forma italiana de este apellido es Beccantini, y se encuentra concentrado en la región Emilia-Romagna.

11.-César García del Pino. El corso en Cuba. Siglo XVII. Editorial de Ciencias Sociales, 2001, p. 20.   

12.-Loredana Benigni Llauger. "Sociedades italianas en Cuba", en: Emigrazione e presenza italiana in Cuba, vol. I, Roccarainola, 2002, p. 104.

13.-Doménico Capolongo: L’ entrata in Guerra di Cuba nel 1941 e sue conseguenze sugli italiani presenti, en: Emigrazione e presenza italiana in Cuba, vol. III, Roccarainola, 2004, pp. 133-179.

14.-Es la misma persona de la lista del año 1941.

15.-Agradezco por estas informaciones a los lugareños Delio Raquel Orozco Morejón y Elsa Cristina González Fonseca, y por la foto de Spadea a sus actuales descendientes en Manzanillo.

16.-Lo encontramos anotado ya, en la citada "lista de los italianos extranjeros enemigos" del año 1941, en Baracoa y en Jiguaní, lo que prueba una llegada en Cuba por los años veinte o treinta del pasado siglo y una residencia en diferentes ciudades de Oriente antes de afincarse en Manzanillo.

Fuente: Emigrazione e presenza italiana in Cuba. Circolo Culturale B. G. Duns Scoto, Roccarainola, Italia, volumen V, 2006.

Fecha de publicación en Enciclopedia Manzanillo: 2007.