Inicio - LUGARES - Monumentos

El Parque y Monumento Nacional La Demajagua.

Autor(es):
César Martín García.

Acercamiento al devenir histórico del lugar más sagrado de la historia patria cubana.

La primera referencia que se tiene de este lugar, finca rústica Demajagua, data del 28 junio de 1843, cuando José Joaquín Palma le vendió a Magín Plá la acción de seis caballerías de terreno realengo en el paraje nombrado Demajagua, perteneciente al cuartón Punta de Piedra en el Partido de Yaribacoa (sitio ubicado entre los ríos Yara y Jibacoa, en la cantidad de cien pesos. Esas tierras se hallaban en colindancia con el ingenio del comprador. (1)

Luego, el trapiche pasó de manos de Magín Plá a manos de su hermano José, quien presentó quiebra en 1857. El Licenciado Carlos Manuel de Céspedes representó como abogado a José Plá(2). En la reunión de los acreedores, Carlos Izaguirre, representante de Francisco Javier de Céspedes, ofreció diez mil ochocientos pesos por la finca, el trapiche, los cinco esclavos que poseía y todas sus dependencias, mientras  José Venecia & Compañía garantizaban este pago según la escritura pública levantada por el escribano Nicolás Lasso, en Manzanillo, el 3 de Julio de 1857. En dicho contrato, el productor se comprometía a vender al refaccionista todas las zafras hasta el año 1862 con los precios y condiciones estipuladas en dicho convenio privado que al efecto había hecho, así como incrementar la dotación de esclavos. Por su parte, la compañía Venecia adelantaba a Francisco Javier la mitad de los valores por los cuales había comprado el referido ingenio y la otra mitad la entregaría en el término de un año, además, daría el dinero necesario para la compra de 10 negros y todo lo que pudiera necesitar para refaccionar la finca y una máquina de vapor(3) para la zafra de 1860 y las venideras, para cuyo objeto recibía la cantidad de diez mil ochocientos pesos.(4)

Al ser adquirido por Francisco Javier de Céspedes el ingenio Demajagua(5), era este un pequeño trapiche de bueyes. En años subsiguientes aumentó la dotación de esclavos adquiriendo 12 en el año 1857, 4 en el 1858 y 4 más en el año 1859, de modo que el ingenio llegó a contar con una cantidad de 25 esclavos para realizar el proceso de plantación y producción(6).

En 1858, con sólo 14 esclavos y 16 caballerías de tierra, equivalentes a 214,72 hectáreas, de las cuales sólo 3 estaban cultivadas de caña, el ingenio alcanzó una producción final de 150  bocoyes(7) de miel o melaza (mascabado). En la zafra siguiente la producción superó la cota en un tonel más: 151, mientras que para la de 1860, ya con la máquina de vapor instalada se logró una producción de 212 barriles, 62 más que en 1858, lo cual demuestra la importancia de las innovaciones tecnológicas en la industria azucarera y las ventajas que traía aparejadas desde el punto de vista económico.(8)

El 14 de marzo de 1866 el patricio bayamés Carlos Manuel de Céspedes compró a su hermano Francisco Javier la finca. A estos efectos estableció hipoteca con la firma Venecia Rodríguez & Compañía, por escritura pública Nº 10 ante el escribano Don Antonio Figueredo, la que debía pagar en la cantidad de 163.076 escudos (81,538.00 pesos), en los plazos que corrían desde el 2 de marzo de 1868 y hasta igual fecha en 1873. Para seguridad de la compañía financiera Céspedes hipoteca todos sus bienes, incluso sus establecimientos, sementeras, alambiques, molino y todo cuanto le era y fuese anexado, así como los cincuenta y tres esclavos de la dotación, de los cuales 36 era hombres y 17 mujeres.(9)

En manos de Carlos Manuel la finca mejoró mucho.  De solo tres caballerías plantadas de caña cuando la adquirió, en 1867 ya eran 10, es decir que incrementó en 7 el número de caballerías de caña en busca de crecimiento productivo. Para ese entonces la finca contaba con 18 caballerías de tierra,  cantidad de tierra equivalente a 241, 56 hectáreas y como la mayoría de las fincas azucareras funcionaba a base de refacción, de tipo usuraria, y que alcanzaba el 1 ½ porciento de interés mensual.(10)

Una reforma sustancial introducida por Céspedes la de realizar la mayor parte del trabajo de la zafra con obreros asalariados casi en su totalidad; en ocasiones llegaban a 60 los hombres contratados, aunque también laboraron una veintena de esclavos, -al parecer Céspedes había enviado al resto de los esclavos para la atención al resto de las fincas y estancias que tenía arrendadas al estado, entre las que cuentan: San Rafael de la Junta, Los Mangos, San Joaquín, Fausto, Limones Arriba y Abajo, en donde poseía entre otros bienes que atender 16 yuntas de bueyes y 742 cerdos.(11)

Otra innovación de Céspedes como industrial azucarero fue transformar el Ingenio en Central, pues, para 1867 y siguientes zafras, había establecido contratos para molinar en su ingenio las cañas de la finca La Jagüita, propiedad del hacendado Isaías Masó Márquez, ubicada por la parte sur de La Demajagua. Esta última, en 1867,  aparecía inscrita en el catálogo de los ingenios centrales de Cuba.(12)

Fue esta finca el escenario donde tuvo inicio la primera guerra por la Independencia de Cuba que arranca con el gesto magnífico de la abolición de la esclavitud, y por esta misma trascendente  circunstancia, lugar donde se parteó  la nación cubana. Por estas razones el sitio es, sin dubitación alguna: “Templo y Altar de la Patria”. Además, aquí se confeccionó el estandarte que simbolizó el levantamiento, la Bandera de la Demajagua, y que se hiciera jurar a las 10 de la mañana del sábado 10 de Octubre de 1868, para luchar hasta alcanzar la libertad de la Patria, levantada por primera vez para convocar a los cubanos a alcanzar la condición de hombres que no es más que la de libres.

El 17 de Octubre de 1868, las partes fundamentales de la finca: el ingenio, la hacienda y el barracón, fueron destruidos producto de la represalia del gobierno español. El ingenio, de hecho, fue convertido ese día en la primera propiedad cubana destruida durante la Guerra Grande(13). A partir de entonces, la finca quedó abandonada y en ruinas; luego por muchos años sirvió para pastar ganado. En 1898 pasó a manos de la firma Godwal Maceo & Compañía(14) y para 1922, fue construida, sobre un pequeño promontorio, una modesta casa de madera habitada por el Coronel Juan Ramírez quien había sido ayudante de Cépesdes en la contienda hasta que, al paso del tiempo y en 1968, cedió paso a la Sala del Museo a partir de un proceso de remodelación.

La finca se convirtió en lugar para la cría de ganado vacuno y en la parte aledaña a la casa y las ruinas del ingenio se construyó una corraleta para el ordeño de las reses, además se fomentó en casi la totalidad de la finca la siembra de caña,   hasta que en 1929 fue cedida una parcela para que se construyera un Parque Nacional, justo reclamo del pueblo manzanillero.(15)

En los años siguientes el lugar fue atendido por los Veteranos de la Guerra de Independencia y por la Logia Masónica, la cual, en 1928 erigió un obelisco en honor al Venerable Maestro “Hortensio”, seudónimo con que se denominó Céspedes por parte de los miembros de la Logia Masónica “Buena Fe” que, en abril de 1868, se constituyó en la ciudad de Manzanillo y lugar donde cobraron valor los planes insurreccionales(16). Por otra parte, el Grupo Literario de Manzanillo, intelectuales, instituciones civiles y religiosas entre otros muchos,  hicieron disímiles actividades en el lugar, recordando los sucesos fundacionales y la estatura del Iniciador y Padrazo Carlos Manuel de Céspedes.

Aproximadamente en 1957 la finca pasó a manos de Pedro "Pucho" Juan Boeras, quien mantuvo la corraleta de ordeño de ganado, pero el área sembrada de caña la convirtió en un gran potrero.(17)

Diez años antes, en 1947, había en la finca 25 casas distribuidas a lo largo de la costa del mar y habitadas por campesinos que se dedicaban a los trabajos agrícolas, ganaderos y a la pesca fundamentalmente. En la zona existían algunas tradiciones entre las que se encontraban el juego de dominó, se cuenta también que había una enramada debajo de las cuales se ubicaba el Órgano Manzanillero durante dos o tres días, por las noches la enramada era alumbrada con lámparas de carburo. Se realizaban también entre los vecinos las tradicionales Corridas de Cintas.(18)

Al triunfo de la Revolución y hasta 1968, algunos vecinos habitaban parte del lugar donde antes se ubicaba el batey del demolido ingenio de Céspedes; por lo que al decidirse la ejecución del Parque Nacional en el escenario original,  se determinó la construcción de 18 confortables viviendas en un lugar cercano al sitio, pero fuera del declarado para la erección del proyecto de arquitectura simbólica y a su vez mejorar el nivel de vida del mismo número de familias allí asentadas. Por otra parte, la Comisión Nacional del Centenario creada a los efectos de construir el Parque Nacional con vista a la fecha conmemorativa de los Cien Años de Lucha, aprobó la realización de la obra partiendo del proyecto arquitectónico del diseñador y arquitecto Fernando López. Un total de dos meses y nueve días -desde el 21 de junio al 30 de agosto de 1968- bastaron para realizar, a un ritmo de 10.5 horas diarias, la obra y así mejorar el entorno local.(19)

La construcción del muro, elemento simbólico de la arquitectura revolucionaria, está presente en el Monumento; este muestra, a través de los elementos divisorios, las provincias que antes poseía el país, e indica además, desde una visión alegórica, las 6 etapas revolucionarias más gloriosas en Cuba durante cien años de lucha, desde el inicio, el 10 de octubre de 1868, hasta el proyecto revolucionario que triunfa el 1ro. de enero de 1959 considerado continuación de aquella gesta magnífica.

Toda la obra, indudablemente, mejoró el entorno del lugar, a la vez que sirvió para rendir tributo de recordación a los hombres que desde aquí fueron, sobre sus briosos corceles, a la conquista de la libertad, así como la ejecución de las mencionadas viviendas en la cercanía del lugar permitió el fomento de la comunidad llamada hoy día “La Demajagua”, a la que se han unido un importante número de otras viviendas en las que habitan en general 402 personas.

El 10 de octubre de 1968 con la presencia del Comandante en Jefe Fidel Castro, fue inaugurada la obra Parque Nacional “La Demajagua” en velada conmemorativa por el centenario del inicio de las luchas independentistas; luego, en igual fecha pero del año 1978, fue declarado de modo oficial Monumento Nacional de la República de Cuba.

El lugar está ubicado a 13 km. de la ciudad de Manzanillo, en la carretera hacia el municipio costero de Campechuela. Limita al norte con la finca “El Ranchón”, otrora propiedad del patriota Manuel de Jesús “Titá” Calvar y Oduardo, quien fuera uno de los Presidentes de la República en Armas; por el sur con el asentamiento rural llamado La Escondida; por el este con la finca “Los Letreros” y al oeste con el mar. El terreno es generalmente regular, con la excepción de una pendiente que tiene acceso hacia el mar a una distancia de 670 metros y hasta donde llegaba la línea férrea que servía para transportar hasta los buques el azúcar producido en el ingenio.

Citas y Notas

1.-Hortensia Pichardo y Fernando Portuondo. Dos fechas históricas. 10 de octubre de 1868, 24 de febrero de 1895. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1989, p. 56.

2.-Idem.

3.-De esta máquina de 30 caballos ingleses, son los restos que aparecen al pie del simbólico Jagüey y un equipo de calderas y tachos a cielo abierto.

4.-Hortensia Pichardo y Fernando Portuondo, Ob. Cit. p. 58.

5.-Oficialmente lo adquiere por escritura pública No. 26 del 9 de octubre de 1857 otorgada ante el escribano Nicolás Lasso. Museo Municipal. Libro de Antiguas Anotadurías de Hipoteca, 1850-1863, tomo 2, años 1856 y 1857.   

6.- Hortensia Pichardo y Fernando Portuondo, Ob. Cit. p. 58.

7.-Envase de madera para almacenar melaza o azúcar mascabado con un peso aproximado de 212 kilogramos.

8.-Hortensia Pichardo y Fernando Portuondo, Ob. Cit. p. 58.

9.-Museo y monumento Nacional La Demajagua. Copia fotostática de la escritura de compra e hipoteca realizada por Carlos Manuel de Céspedes a su hermano Francisco Javier.

10.-Fernando Portuondo. Estudios de Historia de Cuba. Editorial de Ciencias Sociales, Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1973, pp. 36 y 37.

11.-Carlos Manuel de Céspedes. Documentos y Escritos. [Prólogo y compilación de Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo], Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1974, p. 33.

12.-Ibid. p. 34.

13.- Hortensia Pichardo y Fernando Portuondo, Ob. Cit. p. 57.

14.-Ibid., p. 67.

15.-A.H.M. Carpeta 138.

16.- Carlos Manuel de Céspedes. Documentos y Escritos. Ob. Cit., p. 44.

17.-Entrevista a Juan Guillén, vecino del lugar y primer Administrador del Parque Nacional “La Demajagua”.

18.-Entrevista a Auria Labrada Gómez, vecina de la comunidad La Demajagua.

19.-Bohemia, 18 de octubre de 1968.

Fecha de publicación en Enciclopedia Manzanillo: 2007.

 Artículos Relacionados