Nació el 2 de diciembre de 1940 en la finca La Caridad, cerca de Manzanillo, en medio de todas las vicisitudes y explotación que acompañaban a las familias campesinas de aquella época. Era el segundo de cinco hermanos.
Asistió por primera vez a una escuelita en Palmas Altas; pero, escasamente permanece un curso y medio en clases y no aprende a leer ni a escribir. Desde los 8 ó 9 años comienza a trabajar como peón de ganadería. A partir de ese momento labora como jornalero en diversas faenas. Cierta vez, contando con 13 ó 14 años, fue a cortar arroz a la arrocera de Roca y Alvarez para ganar algún dinero, esta propiedad quedaba en la zona de la finca de los Mustelier.
Cuando fue mayor, su diversión consistía en ir los domingos a Manzanillo; sin embargo, los tiempos no son propicios para la alegría, pues a veces no se puede andar por el pueblo después de las 9 pm., porque la guardia rural lo prohíbe y la tiranía está en el poder.
Un día Coello manifestó que tenía decidido irse para la Sierra, esto se materializa en noviembre de 1957. Contaba con sólo 17 años cuando se incorporó al M-26-7. Ya en el Ejército Rebelde, pertenece a la tropa de Blas Ramírez, donde tuvo su bautismo de fuego.
Comienzan los preparativos para la invasión y Tuma es uno de los hombres escogidos para dicha proeza. Es designado como ayudante de una ametralladora 30 en el pelotón de José R. Silva. En la emboscada de “Cuatro Compañeros”, Coello estaba en la línea con la ametralladora. El Ché da la orden de avanzar en tremendo tiroteo y en el cruce de la línea, le atraviesan un hombro a Silva, éste es arrastrado por Coello hasta el monte para que lo puedan curar.
Después vienen todos los demás combates de la Campaña de Las Villas, en la cual, participa hasta el fin de la guerra. El Comandante Guevara le asigna un maestro, pero éste no da atención al estudio. Una de sus frases pintorescas fue: "Para qué leer, que lean Fidel, Raúl y el Ché y avisen cuando haya que coger el fusil que yo lo cojo enseguida". Esta frase, aun sin ser correcta, sirve para revelar su confianza en los jefes de la Revolución.
Fue de los primeros en obtener el Bono de Trabajo Comunista. Era vanguardia junto con el Ché en el trabajo voluntario. Cuando no había tomado fuerza masiva la movilización para el corte de caña, participa como machetero permanente en tres zafras en Camagüey. Luego regresaba a la escolta. Llegó a Bolivia unos tres meses antes que el Ché para trabajar en toda la fase organizativa.
Después del combate en el Piray y su muerte, su cadáver fue trasladado y sepultado al amanecer junto a la orilla de un camino. Un mes más tarde, al retornar el grupo guerrillero por la zona, se enteraron de que los perros habían descubierto el enterramiento. Denunciaron el hecho al ejército; se produjo una discusión entre un mayor y un capitán. Este último decía que era un bandolero y no merecía se le enterrase; pero, el mayor decía que era un enemigo valiente, que había sabido enfrentarse a fuerzas superiores y que como combatiente y como hombre merecía todo el respeto. Al fin, el mayor decidió que se le hiciera una fosa profunda y allí fue enterrado. El lugar de su tumba se llamaba “Lepería”.
Coello es uno de los tantos campesinos, analfabeto, humildísimo, que engrosaron las filas de nuestro Ejército Rebelde. Recordaremos su tumba humilde y gloriosa y su muerte el 26 de junio de 1967 en las montañas bolivianas.
Fecha de publicación en Enciclopedia Manzanillo: 2007.