Sobre el proyecto para reanimar el litoral manzanillero.
Nunca imaginó el Benny que en el recuerdo nacional, perduraría durante tantísimos años la letra de aquella canción A la bahía de Manzanillo voy a pescar la luna en el mar.
Inspirados en tan romántica melodía, el Partido y Gobierno en Granma convocaron a los artistas de la plástica del territorio al Proyecto Malecón una especie de sortilegio que refresca el alma y enaltece el espíritu, en el cual se incluye una escultura de cuatro metros, desde el pedestal, que revive la imagen del Bárbaro del Ritmo.
Y para completar la idea se estudia la salida de la canción A la bahía... cada cierto tiempo, algo así como para alegrar la brisa caribeña, que juguetea entre el salitre y el mar.
El referido proyecto incluye el remozamiento del muro contenedor de olas, donde se ubican cuatro esculturas representativas de la cotidianidad en esa área balneario, mientras los edificios multifamiliares aledaños reciben el toque distintivo de la pintura mural, en número de siete, de los cuales tres se ejecutarán en la segunda etapa.
Esta feliz iniciativa, a punto de materializarse en su totalidad, prevé un conjunto de esculturas modernas en la parte residencial, una sugerente vegetación en los separadores de sendas de la avenida y varias obras de artistas de la plástica locales, diseñadas en granito para el paseo.
La ambientación concibe una especie de quiosco, por construir, destinado a la oferta de coctelería y ostiones, detalles que pudieran fomentar la idea de un boulevard marino, único de su tipo en el país. Razones sobran para hacerlo.
El proyecto Malecón lo encabezan Ramón Cisnero Tamayo, escultor, y Julio Oduardo Castañeda, pintor y dibujante, con el apoyo de otros creadores de alta dimensión, entre los que figura Wilfredo Milanés Santiesteban.
La idea está echada. Ahora se trata de ver el Malecón más allá de un muro.
Fuente: Periódico La Demajagua, Bayamo, sábado 19 de abril del 2003.
Fecha de publicación en Enciclopedia Manzanillo: 2009.
