Manzanillo, ciudad nacida en las orillas del Golfo del Guacanayabo, en el oriente cubano, tiene el honor de ser la cuna donde naciera -el 11 de septiembre de 1917- Carlos Manuel Puebla, quien andando el tiempo llegaría a ser conocido como El Cantor de la Revolución. El sitio donde estaba ubicada su casa lo des cribe el mismo Puebla: "nací en una calle por donde debe pasar el 99 y picote por ciento de los manzanilleros: la carretera al cementerio". Hijo de un humilde matrimonio, por las cir cunstancias en que se desenvolvieron su in fancia y juventud, tuvo que aprender y ejercer los oficios de carpintero, mecánico, obrero azucarero y zapatero; sin embargo, latente en su corazón estaba el artista, prueba de ello es que desde niño, cuando hacía el camino desde la casa a la escuela y viceversa, se acompañaba con su filarmónica, o cuando contemplaba extasiado las manos de los ma estros de su hermana en el momento en que le enseñaban los acordes de la guitarra, ges tos que más tarde trataba de imitar... Así, de manera autodidacta -"por carambola", solía decir—, ayudándose de un extinto método "para aprender a tocar la guitarra sin maestro", más tarde consultando simultáneamente a los maestros Pedro Estacio (Director de la Banda Municipal de Conciertos de Manzanillo) y Juan García (Maestro de piano), o el "Método de Solfeo", de Hilarión Eslava, llegó a ser el gran trovador que conocemos.
Ya en la década de los años treinta los manzanilleros tuvieron la oportunidad de cono cer su obra difundida a través de la emisora local (CMKM). Como casi todos, Puebla se inicia con canciones de corte romántico, algu nas de las cuales se convirtieron no sólo en grandes éxitos, sino que forman parte del pa trimonio musical cubano y son muy solicitadas por los grandes intérpretes de América Latina, entre ellas: Quiero hablar contigo, Qué sé yo, Te vieron con él o las popularizadas por el dúo de Clara y Mario: Cuenta conmigo, Quién se lo iba a imaginar, Hay que decir adiós y Dejemos de fingir, entre otras.
En la etapa pre-revolucionaria este prolífero autor comienza a producir sus primeros dis cos; también en esta etapa se hacen eviden tes en sus canciones sus inquietudes sociales apareciendo en ellas fuertes denuncias de los males de la Cuba de entonces; pueden men cionarse, entre otras, Plan de machete, Este es mi pueblo y Pobre de mi Cuba, respecto a esta última hay una anécdota que revela la valentía del cantor en esos años de repre sión: Humberto Bravo, productor y director de la televisión, invitó a Puebla a participar en su programa "Esta noche en C. M. Q." programa en el que intervenían las primeras figuras na cionales y artistas extranjeros de paso por La Habana. El compromiso del cantor era el de interpretar tres canciones, luego de hacer las dos primeras, dedicadas al universal senti miento del amor, cantó la guajira Pobre de mi Cuba, que terminaba con esta estrofa:
Aquí falta, según veo,
Un nuevo gesto mambí,
La palabra de Martí
o el machete de Maceo.
Cuentan que al finalizar el programa nadie se atrevía a salir del estudio temiendo a la represión y sólo cuando comprobaron que afuera no los esperaba la policía, se atrevieron a retirarse.
En la década de los años cincuenta, Carlos Puebla comienza a incursionar en la Radio y la TV nacionales acompañado por los Tradicio nales, agrupación de pequeño formato que fundó en 1952, integrada por: Santiago Martínez, Pedro Sosa y Rafael Lorenzo. En esta época ya habían "descubierto" el local de La Bodeguita del Medio, donde no ganaban nin gún salario por interpretar sus canciones pero, como el mismo Puebla solía decir: "pasaba los ratos cantando con la barriga llena y el cora zón contento". Este lugar fue el escenario ideal para estrenar muchas de sus canciones, allí compartió con otros artistas y con importantes personalidades del mundo y allí se le recuerda aún como parte indisoluble de aquella historia.
La guaracha "Y en eso llegó Fidel" marca el inició de una etapa diferente en la creación del Carlos Puebla, signada por las transformacio nes que a partir del triunfo revolucionario del 1° de Enero de 1959 se operaron en el país; otras canciones fueron conformando la crónica de los acontecimientos más relevantes, se cuentan entre ellas: La Reforma Agraria, Duro con él, Ya ganamos la pelea, Son de la alfabe tización. La obra revolucionaria constituyó fuente de inspiración para este hombre de fuerte raíz popular; sus cualidades de músico y poeta, unidas a su condición de artista comprometido con su tiempo marcaron de manera indeleble su obra toda.
En 1961 comienza su primera gira por varios países, le acompañan los textos de sus canciones, la música (exponente de lo mejor de los ritmos cubanos), la sabiduría y el gracejo popular y el prestigio de su pueblo; todo ello lo lleva a alcanzar el éxito, logrando una notable repercusión no sólo desde el punto de vista artístico sino también político. A esta le suceden otras giras y el público de más de treinta y cinco países tuvo la oportunidad de disfrutar de las actuaciones de quien también fue conocido como el Juglar de la Era Mo derna. Siempre acompañado por los inolvida bles Tradicionales. Puebla visitó y actuó en grandes ciudades y pequeñas localidades, en fábricas y universidades, en majestuosos teatros y en escenarios improvisados, y siempre recibió los aplausos y el reconocimiento de los distintos públicos no sólo como artista sino como representante de su pueblo, de su Revo lución. La antigua URSS, Polonia, Bulgaria, Portugal, Francia, Venezuela, Perú, Ecuador, Angola, fueron -entre otros-, países visita dos por nuestro "embajador musical", de ellos volvió siempre cargado de anécdotas, de nue vas canciones y de un sano orgullo de ser cubano.
A su Manzanillo natal, volvió siempre, generalmente durante la celebración de las Se manas de la Cultura y las Jornadas de Homenaje a su entrañable amigo, el poeta Manuel Navarro Luna -a quien dedicó dos hermosos boleros-. Veíasele entonces andar por toda la ciudad, fábricas, escuelas, parques y casas de vecinos, mas, su sitio preferido era la Casa de la Trova (que hoy lleva su nombre), donde solía colocar un taburete en una esquina del patio y desde allí evocar amigos y aconteci mientos, deleitarse con un trago del exquisito Ron Pinilla (de producción local) y cantar, cantar, cantar...
La noche en que Fidel dio a conocer al pueblo la carta de despedida del Comandante Ernesto Che Guevara, Carlos Puebla no pudo conciliar el sueño, estremecido por la noticia, se fue a su estudio y no salió de allí hasta haber concluido la que es, quizás, su más conocida canción: Hasta siempre, comandante. Cantada en diversos idiomas, interpretada por agrupaciones corales, orquestas sin fónicas, solistas, tríos..., se ha convertido en un himno, en un canto de amor y de esperanza.
Carlos Puebla dejó escrito un poemario -Hablar por hablar- de alrededor de 100 textos en los que a través del humor, la sátira, la crítica a la irracionalidad, nos relata un suceso trivial, un chiste, un hecho cotidiano, o critica algún mal social. Es esta una faceta poco conocida de este hombre excepcional, cosa que advierte Joaquín G. Santana en el prólogo, en el que además apunta: "El autor de estos versos -satíricos, tiernos o crueles, según el caso- no pretende un lugar de honor en las nutridas huestes de nuestra poética nacional. Irrumpe, sin embargo, en nuestras vidas, para ofrecernos una palpable demostración de su talento. [...] Su poética fácil, desordenada a veces, no siempre consecuente con las corrientes literarias en boga, se inscribe, a pesar suyo, en las mejores tradiciones de nuestra sátira -desde Plácido hasta Guillen- y responde a un temperamento, a una entrañable vibración crítica, a la potencialidad creadora de un hombre múltiple, incansable, conocedor y disfrutador de la sabiduría y el ingenio populares."
El 12 de julio de 1989, luego de una larga enfermedad, que no pudo vencer su carácter jovial y dicharachero, fallece Carlos Puebla en La Habana. Sus restos fueron trasladados a Manzanillo, su ciudad natal, el 11 de septiembre de 1994, y allí reposan en la Necrópolis Municipal en un panteón de mármol coronado por dos versos suyos que rezan:
Yo soy esto que soy; yo siempre he sido
Un trovador que canta...
Tres Canciones de Carlos Puebla
De Cuba traigo un cantar
De Cuba traigo un cantar
hecho de palma y de sol,
y del trabajo creador.
Estribillo: Traigo un cantar de mi Cuba,
de Cuba traigo un cantar.
De Cuba traigo un cantar
para el ensueño mejor,
cantar para la esperanza,
para la luz y el amor.
Estribillo: Traigo un cantar de mi Cuba,
de Cuba traigo un cantar.
De Cuba traigo un cantar
de cuya nota mejor
vibra la campana alegre
de la alegría mayor.
Estribillo: Traigo un cantar de mi Cuba,
de Cuba traigo un cantar.
De Cuba traigo un cantar
donde late la pasión
de la más honda ternura
y del más tierno calor.
Estribillo: Traigo un cantar de mi Cuba,
de Cuba traigo un cantar.
De Cuba traigo un cantar
para tu dulce candor,
para decirte hasta luego
con esta dulce canción.
Estribillo: Traigo un cantar de mi Cuba,
de Cuba traigo un cantar.
Aprendimos a quererte
desde la histórica altura
donde el sol de tu bravura
le puso cerco a la muerte.
Estribillo: Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia,
Comandante Che Guevara.
Tu mano gloriosa y fuerte
sobre la historia dispara
cuando todo Santa Clara
se despierta para verte.
Estribillo: Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia
Comandante Che Guevara.
Vienes quemando la brisa
con soles de primavera
para plantar la bandera
con la luz de tu sonrisa.
Estribillo: Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia,
Comandante Che Guevara.
Tu amor revolucionario
te conduce a nueva empresa
donde esperan la firmeza
de tu brazo libertario.
Estribillo: Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia,
Comandante Che Guevara.
Seguiremos adelante
como junto a t¡ seguimos
y con Fidel te decimos:
hasta siempre Comandante.
Estribillo: Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia,
Comandante Che Guevara.
Emiliana es una cubana
que en el albergue es fundamental.
Emiliana es muy cumplidora,
es halagadora, alegre y cordial.
Emiliana no se demora
y en la colada siempre es puntual.
Estribillo: Si no fuera por Emiliana
nos quedaríamos con las ganas
de tomar café, de tomar café.
Emiliana por las mañanas
piensa en nosotros, piensa en usted,
se levanta muy tempranito
y en un ratito cuela el café
y reparte en cada buchito
todo lo bueno que usted le dé.
Estribillo: Si no fuera por Emiliana
nos quedaríamos con las ganas
de tomar café, de tomar café.
Emiliana es como una hermana
que nunca, nunca dice que no,
Emiliana tiende su mano
a cualquier hermano trabajador,
su sonrisa es como la brisa
por la mañana en que alumbra el sol.
Estribillo:………………………………
Emiliana, doña Emiliana,
que en el albergue es fundamental,
si no fuera por Emiliana,
nos sentiríamos todos mal,
si no fuera por Emiliana
que en la colada siempre es puntual.
Estribillo:………………………………
Emiliana ya es de avanzada
se lo ha ganado con su sudor,
yo la aplaudo con entusiasmo,
con alegría y con calor.
Emiliana como cubana
es un ejemplo y es un honor.
Estribillo: Si no fuera por Emiliana
nos quedaríamos con las ganas
de tomar café, de tomar café.
Fuente: De Cuba traigo un cantar. Canciones y poemas de Carlos Puebla. [Selección y prólogo de Julio Sánchez Chang y Silvia Marina Ramírez] Ediciones Bayamo, 2000.
Fecha de publicación en Enciclopedia Manzanillo: 2007.