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Carlos Manuel de Céspedes en la Junta de Fomento de Manzanillo.

Autor(es):
Ricardo Repilado +

Artículo que se acerca a la labor desempeñada por Carlos Manuel de Céspedes como Vocal Secretario Contador de la Junta de Fomento de Manzanillo.

En la vida de Carlos Manuel de Céspedes antes de 1868, el aspecto menos documentado es el de su actividad profesional. Sabemos mucho más de sus trajines como animador de empresas culturales y, por supuesto, de sus actividades conspirativas y actitudes políticas, que de cómo se desenvolvía en el ejercicio de su profesión y en los diversos cargos que ocupó. Sólo unos pocos documentos y las escasas referencias hechas por José Joaquín Palma en sus apuntes biográficos de Céspedes -que, como se sabe, fueron suplementados por el propio biografiado-, arrojan alguna luz sobre esta importante faceta de su vida. Es más, en esta área de su quehacer profesional, la falta de documentación ha dejado ciertas lagunas en la biografía del Padre de la Patria.

Por ejemplo: Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo, en su autorizada "Introducción" a la colección de Escritos del prócer, consignan que en 1860 Céspedes ocupaba "el cargo de contador secretario de la Junta de Fomento de Manzanillo".(1) Y esto era todo lo que se sabía de cierto, hasta ahora, acerca de su paso por ese organismo. Pero el hallazgo reciente de un interesante grupo de documentos nos permite añadir algunos detalles significativos a este capítulo de la vida de Céspedes y afirmar, además, que en los mismos años en que él actuaba como secretario contador de la Junta de Fomento, era también asesor sustituto de la Ayudantía de Marina y Matrículas del distrito, y vocal de la Junta de Diezmos de la parroquia de la villa.(2)

El 9 de agosto de 1859, El Redactor de Santiago de Cuba, en la página tres, informaba a sus lectores que Céspedes había sido designado para el cargo de referencia.(3) Y el 2 de septiembre del propio año, Juan de Verdecia, teniente gobernador de Manzanillo y presidente de la Junta Jurisdiccional de Fomento de dicha villa, se comunicó con el capitán de ingenieros que dirigía la construcción del faro Vargas en cabo Cruz, para informarle que

el día de ayer ha tomado posesión del destino de vocal Contador Secretario de esta Junta Jurisdic­cional de Fomento el Lic. D. Carlos Manuel de Céspedes, en virtud al nombramiento que le hizo la Corporación y que se dignó aprobar el Escmo. Sr. Comandante General del Departamento.

Lo que digo á V. para su conocimiento y efectos consiguientes.(4)

Ahora bien, en 1859 ya Céspedes había estado preso y desterrado varias veces por sus ideas y actividades, y estaba marcado como hombre abiertamente hostil a España. ¿Qué circunstancias explican la designación de este connotado enemigo del gobierno colonial, que además era un figura prominente del Departamento Oriental, para ocupar una posición en un organismo paraestatal?

Una breve ojeada al ambiente político que se respiraba en la Isla por aquellos años, bastará para contestar esta pregunta.

Desde 1855, el anexionismo, que había sido durante muchos años la tendencia dominante entre los que deseaban separar a Cuba de España, había quedado desacreditado. El fracaso de estos trabajos y de otras intentonas subversivas "no podía matar ni mató las ansias generales de libertad en Cuba, pero hizo necesario una tregua en la lucha armada contra España".(5)

De hecho, en Cuba no volvió a definirse una nueva corriente política sino hasta el surgimiento del reformismo a comienzos de la próxima década. Añádase a esto que a mediados de 1857 una grave crisis económica vino a terminar bruscamente la prosperidad que había reinado en la Isla, haciendo que las preocupaciones se desviaran aún más del campo de la lucha política para concentrarse en el problema económico, pues las clases afectadas tuvieron que dedicar todo su esfuerzo a salvar lo que se pudiera del naufragio. Por lo tanto, los tiempos no era propicios para que se manifestaran, en dimensión mayor, los antagonismos que desde hacía muchos años habían escindido la población de la Isla en campos nítidamente opuestos.

Tal era la situación insular cuando en la metrópoli ocurrieron hechos que vinieron a consolidar esta especie de armisticio político. En junio de 1858 comenzó a gobernar en España el Ministerio de la Unión Liberal, presidido por el general O'Donnell. Apenas asumió el poder, este Ministerio se propuso liberalizar la política que la metrópoli desarrollaba en Cuba, creando condiciones más favorables para los hijos de la Isla y tratando de atraer y conciliar a los desafectos. Había transcurrido más de un año desde la instalación del nuevo gobierno, tiempo suficiente para que sus propósitos se dejaran sentir inequívocamente en Cuba, aun contando con la desesperante lentitud del aparato administrativo español. Y si en el Departamento Oriental había alguien a quien era aconsejable aplicar este "nuevo trato", ése era, sin duda, Céspedes.

Todos estos factores se sumaron a otro de índole puramente regional, para hacer que este ambiente de neutralización política se manifestara de modo en particular notable en el Departamento Oriental. Desde 1855, éste estaba gobernado, con el incuestionable beneplácito de las clases dominantes, por el general Carlos de Vargas Machuca y Cerveto, administrador de ideas progresistas y constructivas, hombre honesto a quien todos los historiadores locales han calificado de gobernante excelente, durante cuyo mandato vivieron Santiago de Cuba y el resto del Departamento los años menos ingratos de todo el período colonial, la época en que menor fricción se registró entre los intereses opuestos de integristas y criollos. Céspedes y Vargas Machuca se conocían personalmente, pues Fernando Figueredo afirma que ambos habían coincidido en una fiesta popular celebrada en el poblado de El Dátil en 1857.(6)

En el contexto de semejante situación, la designación de Céspedes para ocupar un cargo en la Junta de Fomento de Manzanillo es un hecho perfectamente comprensible, una consecuencia lógica de la política conciliadora con la cual España intentaba corregir sus graves errores pasados. Perfectamente comprensible es, así mismo, que Céspedes aceptara y quizá hasta procurara esta designación, pues en su actitud -que también debe haber estado bajo la influencia de la nueva y más favorable situación que se había creado en Cuba- es posible que pesaran razones de otra índole: como se verá más adelante, la presencia de Carlos Manuel en la Junta puede haber tenido como objeto el representar allí los intereses de su familia.

No faltó algún tropiezo en los primeros pasos dados por Céspedes como secretario contador de la Junta. Entre sus obligaciones estaba formar el presupuesto de los pagos que mensualmente se hacían por concepto de las diversas obras al cuidado de la corporación. El 19 de octubre de 1859, es decir, poco más de mes y medio después de la toma de posesión de Céspedes, Juan de Verdecia se dirige al gobernador comandante general del Departamento, y le envía

el presupuesto de los pagos que han de ejecutarse por esta Administración Depositaria de Hacienda, por cuenta de las obligaciones del presente mes de octubre, no habiéndolo verificado antes porque el nuevo Secretario [Céspedes] está todavía poniéndose al corriente de los antecedentes de las diversas atenciones a su encargo.(7)

Sea porque en realidad Vargas Machuca era un administrador sumamente celoso, sea porque él se había propuesto extremar sus exigencias con Céspedes -cuyo nombramiento, sin embargo, había aprobado-, lo cierto es que tomó muy mal el retraso en el envío de los documentos, y su contestación a Verdecia, fechada el 26 de octubre, tiene un tono seco y áspero que no es frecuente encontrar en su correspondencia:

Con el oficio de V. fha. 19 del actual, ha llegado á mis manos el presupuesto de los gastos de esa Junta en el mismo. En su vista no puedo menos de devolverlo a V. recomendándole: 1o. que en lo sucesivo se produzcan estos documentos con la antelación necesaria y 2o. que se sirva V. detallar las atenciones que importan las sumas contenidas en el que incluyo, pues habiéndose trasladado la administración del faro "Vargas" a esta plaza, no consta á que se destinan los 71 pesos 62-1/2 centavos consignados, así como los 10 pesos para material de la Junta, cuyos trabajos son ahora de no mayor consideración.

Sírvase V. informarme en el particular cuanto se le ofrezca y parezca al devolver el presupuesto adjunto á fin de resolver en su vista lo que corresponda, esperando de su celo que tanto las distribuciones de fondos como los demás documentos de contabilidad los curse sin retraso en las épocas prevenidas con objeto de no embaragar [sic] la redacción de los generales del departamento, cometidos á este Gobierno.(8)

Obsérvese que todo el énfasis de esta comunicación de Vargas Machuca está en la puntualidad con que debían enviarse los "documentos de contabilidad", los cuales él sabía perfectamente que eran responsabilidad dé Céspedes como nuevo secretario contador de la Junta.

El 29 de octubre de 1859, Verdecia le contestó a Vargas aclarándole los extremos cuestionados y añadiendo con ánimo apaciguador que

el motivo de no haberse producido esos docu­mentos con la debida antelación, ha consistido en el cambio de Secretario Contador; pues no ha sido posible que el nuevamente nombrado se ponga de momento al corriente de todos los negocios y atribuciones de está Junta, combinadas con distintas operaciones de contabilidad basadas en modelos y reglamentos extraños á su profesión, y en que no tenía de consiguiente práctica ninguna. Sin embargo á impulso del buen deseo que le anima de desempeñar su encargo en estricta conformidad con las prescripciones de V. E., en lo sucesivo no habrá retraso en el despacho de las distribuciones de fondos y demás documentos de contabilidad.(9)

Pero estas razones no lograron aplacar del todo el ánimo del general Vargas, quien el 3 de noviembre se dirigió al director general, en La Habana, acompañándole

el presupuesto de gastos de la Junta de Manzanillo para octubre pmo. anterior, cuyo documento acaba de llegar á mis manos. Al cursarlo para esa Dirección debo hacer presente á V. S. que he prevenido al respectivo teniente gobernador produzca con la necesaria anticipación esta clase de documentos á fin de que puedan hallarse en la oficina general del digno cargo de V. S. en los días señalados.(10)

Disipada esta pequeña tormenta inicial, parece que Céspedes siguió desempeñando su cargo sin más dificultades. En el mismo expediente, que contiene los documentos que se acaban de citar, se encuentra la relación de pagos correspondiente a octubre de 1859, firmada por Céspedes en Manzanillo el 30 de septiembre; la de noviembre, rubricada por él el 31 de octubre, y una copia de la relación de diciembre fechada en Manzanillo el 30 de noviembre.

En 1861, y en su capacidad de secretario contador de la Junta, Carlos Manuel de Céspedes intervino en los trámites de una reclamación presentada ante dicha corporación por su tío y suegro, Francisco José de Céspedes y Luque.

Francisco José se destacaba como una figura importante en toda aquella región. Era Caballero de la Real Orden de Isabel la Católica y comandante de las milicias blancas de Cuba y Bayamo. Y, lo que en fin de cuentas importa más, poseía tierras muy extensas en las cercanías de Manzanillo.

Desde 1855 -o quizá un poco antes-, se estaba construyendo el faro de cabo Cruz en tierras que pertenecían a Francisco José. En los alrededores de dicha obra se cortaban maderas y se extraían piedras de cantería para utilizarlas en la construcción del faro y el albergue de los torreros, y desde el comienzo de los trabajos Francisco José reclamó indemnización por esos materiales que se estaban extrayendo de sus tierras.(11) Es evidente, sin embargo, que sus primeras reclamaciones no fueron gestionadas con mucha diligencia, pues aparentemente en 1861 aún no se le había pagado nada.

Ahora bien, parece que los cortes de madera, y extracciones de piedra se fueron incrementando de forma progresiva hasta alcanzar un monto considerable, a tal punto, que en febrero de 1861 Francisco José presentó ante la Junta una reclamación verbal por el importe de esos materiales. Al mismo tiempo, cedía gratuitamente al Estado el terreno que ocuparían la torre y habitación de los torreros. Como secretario contador de la Junta, Carlos Manuel expidió los certificados de acuerdos tomados por la corporación que se acompañaron al expediente de la reclamación. Éste incluye un memorial presentado por Francisco José el 9 de junio de 1861, al cual adjuntó copias de los documentos que probaban sus derechos sobre las tierras de referencia.(12) La clara y hábil redacción del memorial denuncia la mano de un hombre de superior cultura, un jurisconsulto quizá, pues el documento revela un cabal conocimiento de la legislación pertinente. No es descabellado suponer que fuera redactado por Carlos Manuel para la firma de su tío.

Es posible, pues, que la protección de estos y quizá otros intereses de la familia Céspedes fuera una de las razones que explicaran la presencia de Carlos Manuel en la Junta de Fomento.

Sea así o no, el expediente fue inmediatamente re­mitido al gobernador del Departamento, quien, con fe­cha 11 de julio de 1861, ya lo estaba entregando al inspector Ignacio Halcón con órdenes de que le rindie­ra un informe al respecto. Halcón, a su vez, trasladó el expediente al encargado de la obra del faro de cabo Cruz el 15 de julio

á fin de que enterado de su contenido, recono­ciendo la localidad y registrando los antecedentes de ese archivo, informe cuanto se le ofrezca y parezca sobre dicha reclamación, acompañando un croquis en que se indique la situación del faro, punto en que se han cortado las maderas, número, clase y valor de los árboles, y costo que ha tenido su traslación.(13)

Pero el encargado de la obra parece no haber mostrado gran interés en el despacho del asunto, y el 16 de noviembre del mismo año el presidente de la Junta de Manzanillo se dirigió nuevamente al gobernador, informándole que

á instancias del señor comandante de milicias blancas don Francisco José de Céspedes, recuerdo á V. S. el expediente que se remitió á esa superioridad relativo al reclamo del aprovechamiento de madera y pieda [sic] de cantería, empleados en la obra de [sic] faro "Vargas" que se construye en cabo Cruz, y de la pertenencia de dicho señor, pues no ha tenido noticia esta corporación de su resultado.(14)

El gobernador se dirigió de nuevo a Halcón, y éste, a su vez, al encargado de la obra del faro, quien aparentemente aún no había cumplimentado la diligencia requerida. En este punto se pierden las huellas de esta reclamación, pues hasta ahora no ha aparecido ningún documento que indique si la misma fue finalmente satisfecha o no.

Muy poco tiempo después de la tramitación de este expediente, el 2 de enero de 1862 y de acuerdo con lo dispuesto en el artículo cuarenta y cinco del Real Decreto del 5 de julio de 1861, las juntas de Fomento cesaron en las funciones de las que habían estado encargadas. Céspedes parece haberse mantenido en su cargo hasta la extinción de la Junta.

El 16 de enero de 1862, la tenencia de gobierno de Manzanillo recibió, con inventario, el archivo y pertenencias de la Junta Jurisdiccional de Fomento. El inventario está fechado en dicha villa el 16 de enero y lleva la firma del contador secretario Manuel Ecay, que es lógico suponer fue el sucesor de Céspedes en el nuevo aparato creado para hacerse cargo de las funciones de la extinguida corporación.(15)

Quienes recibieron los bienes de la Junta deben haber sido, o gentes quisquillosas en un grado fuera de lo común, o individuos con unos deseos irresistibles de molestar a Carlos Manuel de Céspedes, pues se dieron a escudriñar minuciosamente las cuentas de la corporación, y descubrieron que faltaban en el inventario algunas cosas adquiridas mientras Céspedes actuaba como secretario. Sin perder el tiempo confeccionaron la siguiente

Relación de los efectos que debieran existir en   esta oficina según los recibos que obran en el archivo con expresión de la cantidad a que ascendieron los mismos

1 Archivo o armario presupuestado y aprobado en

$ 85.00

5 Cinco libros en blanco, rayados

28.00

1 Tintero completo

4.50

2 Reglas para el servicio

4.00

1 Un pañete de limpiar plumas

.25

1 Una carpeta para escribir

3.00

2 Dos cortaplumas de Rogerts

2.25

1 Un compás

.30

1 Una tijera ordinaria

.50

1 Un punzón

.50

SUMA

128.30(16)

Que se investigue el paradero de un archivo presupuestado en $85,00 y de cinco libros valorados en $28,00 es comprensible. Pero que se ponga empeño en averiguar qué pasó con un pañete de limpiar plumas de veinticinco centavos, un compás de treinta y otras menudencias por el estilo, sólo puede explicarlo el deseo de molestar. La mezquindad de esta reclamación se hace todavía más rídicula cuando se recuerda que, desde hacía muchos años, Carlos Manuel de Céspedes era un hombre de muy sólido y bien ganado prestigio en todo el Departamento Oriental, y que, además, gozaba de mucho crédito y era rico, pues habiendo regresado a Manzanillo completamente arruinado, antes de 1868 había logrado acumular un capital de $700 000,00 según él mismo declara en una adición que hizo a sus apuntes biográficos redactados por José Joaquín Palma.(17)

Pero parece que molestarle era precisamente el móvil de quienes manejaron el asunto. Inocencio de las Peñas, que a la sazón era teniente gobernador de Manzanillo, escribió a Céspedes enviándole la relación citada y pidiéndole que le indicara el paradero de los efectos que faltaban. A esta petición, Céspedes respondió con la carta siguiente, fechada en Manzanillo el 29 de enero de 1862:

He recibido la atenta comunicación de V. S. fechada el día de ayer, en que me pide le informe á la mayor brevedad posible el destino que se le haya dado a los efectos que me incluye por nota, pertenecientes a la extinguida Junta Jurisdiccional de Fomento, y cumpliendo con el deseo de V. S. tengo la satisfacción de exponerle lo siguiente. =Al entregar al señor secretario contador que me sucedió, los efectos y numerario correspondientes a la expresada Junta, tuve el mayor cuidado en devolver cuanto había recibido de mi antecesor, aumentado con las nuevas existencias, sin reservarme lo más mínimo que pudiese ser de alguna utilidad. Bajo este precedente paso a absolver los particulares de la nota que V. S. se ha servido incluirme = Empezando por el archivo o armario de cedro, cuyo valor en presupuesto he desembolsado y conservo el documento justificativo del artesano por quien fue construido, se le dio la forma de escritorio por estimarla más conveniente, para que llenase el servicio de mesa de escribir y archivo, entregándolo en buen estado según reza el comprobante otorgado por el Sr. Secretario entrante. Los libros rayados, en blanco, se compraron para aprovechar el papel, por no haberlo aquí entonces de esta clase, y necesitarse para pasar cuentas, y formar borradores de estados, listas, presupuestos y otros documentos, y usos en que se consumió. Las reglas de madera, que eran de ébano, se rajaron con los golpes, como acontece a esa frágil madera. El tintero era de porcelana, y habiendo caído casualmente, se rompió hace algún tiempo siguiéndose usando el mío particular, en atención a no haber querido hacer a la Junta el gasto de otro. El pañete de limpiar plumas y la carpeta, con el uso se deterioraron, y estaban desechados por inútiles mucho antes de entregar la Secretaría, lo mismo que el último cortaplumas, habiéndose roto el primero, igualmente que una pierna del compás. Las tijeras perdieron el eje, y el punzón tuvo rajado el cabo que era de madera, usando para lo que se necesitaron en adelante, de los de mi propiedad = Con lo expuesto creo dejar satisfecha la petición de V. S., sirviéndose en caso contrario manifestarme si alguna otra cosa hubiere que explicar.(18)

Esta contestación no dejó contento a De las Peñas, quien dos días después envió al gobernador civil del Depar­tamento una carta cuya intención es inequívocamente ofensiva para Céspedes, al poner en tela de juicio las razones por éste expuestas:

La primera y única junta en la extinguida sección de fomento que he presidido, fue el diez y seis del corriente, a los fines prevenidos por el Ecsmo Señor Capitán General de diez y ocho de diciembre último procediendo al recibo de la oficina de la misma, bajo inventario, según se sirvió V. S. también disponer en su comunicación del 11; más al advertir que en la referida oficina no existía el mobiliario y efectos que figuraron en las cuentas del mes de julio y diciembre de 1860, cuya relación acompaño a V. S. con el número 1, visto no tiene analogía alguna la citada relación con el inventario por el que me fue hecho entrega y figura con el número 2, pasé oficio al señor Ldo. Don Carlos Manuel de Céspedes, Contador Secretario en la época que se compraron los efectos, para que se sirviese indicar su paradero, con el fin de no gravar de nuevo los fondos; y no siendo en mi sentir bastantes las razones que en contestación manifiesta en su oficio cuya copia lleva el número 3, he de merecer de V. S. tenga la dignación de estimar en lo que crea justo, lo que de sí arrojan los documentos a que se hace referencia, para que esta dependencia a mi cargo, no carezca de los útiles necesarios a sus trabajos.(19)

A esta comunicación, De las Peñas adjuntó una copia de la carta de Céspedes, otra de la relación de los efectos faltantes y una del inventario general recibido, a la que se adicionó la nota siguiente:

El estante o archivo a que se refiere la anterior copia es de dimensiones y valor ínfimos, no guardando proporción, con el precio de $85.00 a que ascendió el que debió comprarse, y cuyo recibo (recibo) [sic] obra archivado en esta Dependencia. Manzanillo, 31 de enero de 1862.(20)

Esta situación en que se encuentra Céspedes anticipa de un modo verdaderamente curioso una muy parecida, aunque de mucha mayor gravedad, en la cual se halló algunos años más tarde.

Después que la Cámara de Representantes depuso a Céspedes en octubre de 1873, el nuevo gobierno que presidía interinamente Salvador Cisneros Betancourt "quedó integrado por señalados adversarios de Céspedes", de los cuales el más abiertamente hostil era quizá el doctor Félix Figueredo, que fue nombrado "subsecretario de la Guerra, en funciones de secretario por estar ausente el general Vicente García".(21) Según algunos historiadores, fue el doctor Figueredo quien instigó el vejaminoso tratamiento de que fue objeto el Padre de la Patria después de su deposición. El hecho es que Figueredo "dirigió día tras día a Céspedes enojosas comunicaciones oficiales en las que le planteó un cúmulo de exigencias más o menos especiosas [...]"(22)

A Céspedes se le ordenó, naturalmente, que entregara el archivo de los documentos oficiales que estaban en su poder, cosa que él hizo tan pronto pudo inventariar esos papeles. Pero también le exigieron que entregara otras cosas que eran de su propiedad personal, como una colección de El Cubano Libre y alguna correspondencia que el expresidente había llevado en forma particular.(23) Luego, el propio Cisneros Betancourt le pidió que entregara ciertos índices de archivo que no habían sido compilados por falta de un archivero.(24) A todas estas exigencias, respondió Céspedes sin la menor reserva, con claridad y firmeza. Pero Figueredo era implacable y llegó a acusarlo de evadir información al nuevo gobierno. Con ejemplar ecuanimidad, Céspedes le contestó: "A los particulares de que se me ha tratado no he dado ninguna respuesta evasiva, ni tenía motivos para darla, ni soy capaz de darla". Y luego añadía: "Tampoco puedo remitir ningún otro documento o credencial de los que se me han pedido; porque he entregado todos los que estaban en mi poder".(25)

Que la genuina grandeza a veces molesta a quienes la contemplan desde una dimensión menor, es un accidente desafortunado de la naturaleza humana. Es lamentable que las rivalidades políticas empujaran a buenos patriotas cubanos hacia una posición idéntica a la que once años antes habían adoptado contra Céspedes pequeños y mezquinos funcionarios del gobierno colonial español. Pero volvamos al pañete de limpiar plumas, y al punzón, y al tintero roto, etcétera.

Cuando el gobernador del Departamento Oriental recibió la comunicación que De las Peñas le había dirigido el 31 de enero de 1862, parece haber hecho muy poco caso de estas minucias, pues nada contestó; y el 29 de marzo el teniente coronel de caballería Aureliano Guerrero y Guerrero, teniente gobernador que sucedió a Inocencio de las Peñas, escribió una vez más al gobernador reclamándole contestación.(26) Esta vez el gobernador, con fecha 2 de abril, se dignó contestar así:

En vista del oficio de V. de 29 del mes ppdo. reproduciendo el que su antecesor dirigió a este gobierno en 31 de enero último acerca del mobiliario que debía tener la extinguida Junta de Fomento de esa cabecera por no haber estado conforme con el que se entregó, he acordado manifestar a V. que en presencia de los inventarios y cuentas que existan en esa dependencia, y apreciando V. por sí mismo los efectos y las razones emitidas por el ex-Secretario de la extinguida corporación proponga V. lo que crea conveniente.(27)

Y el 15 de abril, evidentemente cansado del asunto, Guerrero notificó al gobernador que

en vista del oficio pasado por el ex-secretario de dicha corporación, de sus explicaciones y de los inventarios formados; aprobados como ya lo están las cuentas por aquel presentadas y cubierta así la responsabilidad que pudiera caberme por la poca armonía que se advierte entre lo gastado y lo existente, creo que debe darse este asunto por terminado. Sin embargo, V. S. resolverá le que mejor estime.(28)

Aquí termina este pequeño capítulo de la vida de Carlos Manuel de Céspedes. Pero sería interesante averiguar -y los archivos locales que puedan conservarse en Manzanillo son el lugar indicado para hacer esta investigación-(29) quiénes eran y qué posición política mantenían los que se sintieron capaces de tratar de molestar, con estas ridiculeces, al hombre que apenas seis años y medio después renunció a todo para señalarnos a los cubanos el camino de la libertad.

Apéndice  

Nota previa

Al transcribir los documentos que integran este expediente, hemos respetado en todos sus particulares las grafías de los originales. Como era frecuente en épocas anteriores, el uso de abreviaturas, puntuación, acentua­ción, versales, ligados, etcétera, no es consistente y pre­senta variantes de un documento a otro.

Cubierta

Junta de Fomento de Manzanillo

1861

Expediente

Relativo al cobro de materiales aprovechados para el Faro Vargas, de la pertenencia del caballero Coman­dante D. Francisco José de Céspedes.

[En la clasificación que actualmente lleva, éste es el expediente no. 3 del legajo no. 599, Fondo Gobierno Provincial, Archivo Histórico Provincial, Academia de Ciencias, Santiago de Cuba]

Documento no. 1

El Sor. Gobor. del deppto. con fha 11 del actual me dice lo siguiente: "Para que al devolverlo informe U. cuanto se le ofrezca y parezca es adjunto el espediente relativo al cobro del importe de los materiales aprovechados para los trabajos de Cabo Cruz y pertenecientes á D. Francisco José Céspedes recomendando á U. el pronto despacho."

Lo que traslado á U. con inclusión de dho espediente á fin de que enterado de su contenido, reconociendo la localidad y rejistrando los antecedentes de ese archivo informe cuanto se le ofrezca y parezca sobre dha reclamación, acompañando un croquis en que se indique la situación del faro, punto en que se han cortado las maderas, número, clase y valor de los árboles, y costos que ha tenido su traslación.

Dios que á U. ms as Cuba, 15 de Julio de 1861.

El inspr. del deppto.

[Firmado] Ignacio Halcón

Sor Encargado de la obra del faro de Cabo Cruz

Documento no. 2

Lcdo Dn Carlos Manuel de Céspedes y Castillo, abogado de los tribunales del Reino, y de los Reales é ilustres colegios de Santo. de Cuba y Bayamo, diputado del último en esta villa Asesor sustituto de la Ayuda. de marina y matriculas de este distrito, vocal de la Junta de Diezmos de esta Villa y Vocal Secto. Contador de la Junta de Fomento.

Certifico: Que en la sección celebrada el día siete de Febrero entre otros acuerdos se tuvo uno del Tenor siguiente. Seguidamente se hizo presente la reclamación verval del Comandte. de milicias blancas D. Franco. José de Céspedes con respecto á las maderas y piedras de cantería que se han estraido desde que se principiaron las obras del Faro Vargas en Cabo Cruz hasta la fha, de los montes y terrenos que le pertenecen en el hato de "Macaca", cuyos artículos no se le han pagado, manifestando q. por lo que concierne á la localidad que ocuparán la torre y habitación de los torreros, los cuales también son de su propiedad y están situados fuera de las veinte varas de mayor marea, los cede gratuitamente á favor del Estado, mientras estén destinados á dichos obgetos, reservándose el derecho de dominio que le corresponde en caso contrario; y penetrada la junta de la realidad de lo espuesto, por el señor peticionario, y teniendo presentes que si bien pueden aprovecharse pa. las obras publicas los materiales y terrenos de particulares, se entiende siempre previa la justa indemnización de su importe; Acordó: Que se libre oficio al encargado de la obra del Faro Vargas en Cabo Cruz, para que inmediatamente se sirva remitir una nota circunstanciada del númo. de maderas y piedras de cantería con sus clases y dimensiones que se han tomado de los montes y terrenos pertenecientes al señor Dn. Franco. José de Céspedes desde el principio de la obra del Faro Vargas hasta la fha., continuando en enviar mensualmente la misma relación de los artículos que fueren aprovechándose para la dicha obra, afín de incluir su importe en el correspondiente presupuesto pa. el oportuno pago sin perjuicio de que también remita un croquis con las medidas esactas del terreno que ocupará la torre y la habitan, de los torreros, á efecto de demarcar bien y que sea constante la estension de la cesión de terreno hecho á favor de la espresada obra por el señor Céspedes a quien desde ahora se le anticipan las gracias por parte de esta Junta á obsequio de su patriótico y generoso desprendimiento.

Y para acumular el espediente de la materia libro la presente en Manzo. a 28 de Junio de 1861.

[Fdo.] Carlos M. de Céspedes

Documento no. 3

Presidna. de la Junta de Fomento de Manzanillo

Secretaria del Ramo=Consecuente al acuerdo celebrado por esta Junta con fecha del dia de ayer, dirijo a V. el presente oficio para que inmediatamente se sirva remitir una nota circunstanciada del número de maderas y piedras de cantería con sus clases y dimensiones, que se han tomado de los montes y terrenos pertenecientes al Señor Don Francisco José de Céspedes, desde el principio de la obra del Faro Vargas hasta la fha., continuando en enviar mensualmente la misma relación de los articulos que fueren aprovechándose para la dicha obra, a fin de incluir su importe en el correspondiente presupuesto para el oportuno pago, sin perjuicio de que también remitirá un croquis con las medidas esactas del terreno que ocupará la torre y la habitación de los torreros, á efecto de demarcar bien y que sea constante la estension de la secion de terreno hecha á favor de la espresada obra por el señor Céspedes. Dios que á V. ma. as., Manzo., Febo. 7 de 1861. Baltazar Gómez.

Sr. Encargado de la obra del Faro Vargas en Cabo Cruz.

Es copia.

Documento no. 4

Obras Públicas

Deppto. Oriental.

Numo. 345


9º Distrito Jurisdicción

de Manzanillo, Obra Faro Vargas en construcción de sus cimientos


[Hay una nota que dice]


Manzanillo 15 de Febrero

1861


Al Señor Secreto, de la

Junta de Fomento para lo

que corresponda.


[Fdo.] Gómez

En respuesta á la comunicación de V. fecha 8 del corriente referente á que le remita una nota circunstanciada del númo. de maderas y piedras de cantería que se han tomado para esta obra de los terrenos pertenecientes al Sr. D. Franco. José de Céspedes lo mismo que un croquis de las medidas esactas del terreno que ocupará la torre y habitación de los torreros, debo manifestar á V. que con esta fecha hé dado cuenta al Sor. Inspector de Obras Publicas del Departamento transcribiéndole la de V. para la resolución que estime conveniente; debiendo á la vez informarle que el terreno que ocupan la citada torre y cantera solo dista veinte y cinco varas del mar por cuyo motivo se halla dentro de las cuarenta de flujo y reflujo que se le demarcan á este, lo mismo q. según los informes hé tomado la mayor parte ó toda la madera há sido estraida á esta misma distancia o poco mas, no pudiendo tampoco hacer la remisión del croquis citado, por no estar en mis facultades sacar copias de planos sin orden superior.


Dios que á V. m.a. cabo Cruz, febrero 10 de 1861.


El Director Interno


[Fdo.] José de Cordova

Sr. Presidte. de la Junta Jurisdl. de Fomento de Manzanillo.

Documento no. 5

Ldo. Dn. Carlos Manuel de Céspedes y Castillo, abogado de los tribunales del Reino y de los reales e ilustres colegios de Santiago de Cuba y Bayamo diputado del último en esta Villa, Asesor sustituto de la Ayudantía de Marina y matriculas del distrito, vocal de la Junta de Diezmo de esta Parroquia y Vocal Secto. Contador de esta Junta de Fomento.

Certifico: que en sesión celebrada el dia doce de Marzo por esta Junta, entre otros acuerdos se tuvo uno del tenor siguiente = Acto continuo se dio cuenta de un oficio del director into. de la obra del faro Vargas en Cabo Cruz, en respuesta á la comunicación que se dirigió con fha. siete de Febrero ultimo, para que remitiese una nota circunstanciada del número de maderas y piedras de cantería que se han tomado para dicha obra de los terrenos pertenecientes al señor Dn. Franco. José de Céspedes, lo mismo que un croquis con las medidas esactas del terreno que ocupará la torre y habitación de los torreros, y en su vista acordó la Junta que se instruya al interesado para que represente a lo que su derecho convenga.

Y para acumular al espediente de la materia libro la presente en Manzo. á 28 de Junio de 1861.

[Fdo.] Carlos M. de Céspedes.

Documento no. 6

Sr. Prte. y Vocales de la Junta Jurisdiccional de Fomento

Don Franco. José de Céspedes, Caballero de la real orden ama. de Isabel la Católica y Comandte. de las milicias blancas de Cuba y Bayamo, con su acostumbrado respeto á Vs. espone: Que consecuente al acuerdo celebrado por esta Corporación en doce de Marzo ultimo se le ha instruido de la comunicación del Director interino de la obra del Faro Vargas en Cabo Cruz, fecha primero de Febrero del corriente año, en que hace presente que ha dado cuenta al Sr. Inspector de obras publicas del Departamento, transcribiéndole la de Vs. para la resolución que estime conveniente, y que debe informar que el terreno que ocupan la torre del faro y la cantera de donde se estrae la piedra de que se construye solo dista veinticinco varas del mar, por cuyo motivo se haya dentro de las cuarenta de flujo y reflujo que se demarcan á este, lo mismo que según los informes ha tomado la mayor parte ó toda la madera, ha sido estraida á esta misma distancia ó poco mas con lo restante á que se contrae.

Según se desprende de esta comunicación el espresado Director interino, quiere inculcar la idea de que el terreno, cantera y maderas ocupadas, no son de la propiedad del representante; mas de sus mismas palabras se deduce todo lo contrario; pues aunque se suponga sin concederlo, contra el espiritu de nuestra legislación, que los arboles y demás propiedades radicadas en la ribera del mar no pertenecen á los dueños de las tierras que este bañe, por la propia esposicion del repetido Director interino, se viene en conocimiento de que las especies arriba mencionadas se han tomado veinticinco ó mas varas del mar, siendo así que por las ordenanzas de la Armada y reales ordenes vigentes, la zona marítima está reducida á veinte varas de mayor marea ordinaria, por lo cual es un error estenderla á cuarenta varas como lo hace el informante.

Esta es la mejor prueba del derecho que compete al que representa, no teniendo que recomendar mas en este estremo, sino la responsabilidad que pueda resultar contra el comunicante, por los daños y perjuicios que se irroguen, no obstante que el esponente confia en la ilustrada justificación de las autoridades administrativas de la Isla, que desde luego procederán á enmendar la equivocación tan manifiesta cometida por ese funcionario; pues el gbno. español lleva por norte la justicia y no necesita aprovecharse sin indemnización de los bienes de sus leales subditos, que todos con voluntad han estado y están siempre a su servicio, cuando así se ha estimado conveniente.

La propiedad de esos terrenos corresponde á la familia de Doña Catalina del Castillo, legitima esposa del representante, desde el año de mil setecientos catorce en que Don Juan de Rivero su cuarto abuelo la adquirió por compra de sus antiguos Sres., habiendo venido desde entonces sucediendose de padres a hijos sin interrupción por derecho de legitimidad hasta la época presente, según consta de innumerables documentos públicos, marcándose que sus linderos llegan desde la hacienda de Bicana hasta Cabo Cruz en la escritura de venta otorgada por Antón Garda y Pedro de Brisuelas en primero de Junio de mil seiscientos cuarenta y tres, y en el auto de amparo espedido por el Sor. Alcalde ordo. de la Villa de Bayamo Don Manuel de Estrada Tobar en nueve de Agosto de mil seiscientos diez y nueve á instancia de Domingo Garcia en que se refiere a otras escrituras anteriores, remontándose á la época de la conquista de esta Isla. Hasta ahora nadie ha disputado esa legítima propiedad y posesión, y sin ir mas lejos, cuando se principió la obra del faro, instruido el representante de que en los terrenos inmediatos se estaban cortando maderas para dicha obra, se constituyó en aquel lugar y habiéndose avistado con el Director que entonces era, se convino en que se le pagarían las maderas que se tomasen, por cuyo motivo se le pasó nota que conserva de las que en aquel tiempo se aprovecharon ascendentes á seis cientos noventa y ocho bultos manifestándosele que debia acudir á la Junta de Fomento para el reintegro de su importe, como lo ha hecho luego que se lo han permitido sus ocupaciones.

El que representa tiene dadas pruebas de desprendimiento afavor del Estado con donativos y servicios que le ha cabido el honor de prestarle; mas la ascendencia progresiva de esos cortes de maderas y estraccion de piedras de sillería, y sobre todo el recelo de crear antecedentes á la vista del informe del Director interino que tiende a poner en duda sus derechos tan antiguos como respetables no le permiten mirar este asunto con indiferencia; sin embargo de graciar el terreno ocupado por la torre y habitación de los torreros interin se destine á ese obgeto, según ha espresado anteriormente. Por tanto.

A Vs. suplica se sirva haber por evacuada la instrucción conferida y en su virtud acordar lo mas conveniente al pronto pago de esas especies que es publico y notorio pertenecen al representante como consta á la mayor parte de los individuos de esta Junta. Gracia y justicia que espera alcanzar de Vs. Manzanillo 9 de Junio de 1861.

[Fdo.] Franco. José de Céspedes.

Documento no. 7

Sr. Dn. Franco. José de Cespedes=Cabo Cruz cinco de Octubre de 1855=Muy Sr. mió y amigo: ayer recibí su apreciable del 28 en que trata de las maderas de su pertenencia, empleadas en esta obra. Sin duda Sánchez se equivocó al fijar valor á dichas maderas; puesto que ni él ni aun yo podemos hacerlo. Según el reglamento vigente deben valorarse por dos peritos, uno por parte de U. y otro por la obra=Con arreglo a ello puede U. iniciar la cuestión cerca de la Junta de Fomento que es quien corre con la parte administrativa=Quedo de U. servidor y amigo q.b.s.m. Antonio Llotje

Es copia.

Documento no. 8

Lic. D. Carlos Manuel de Céspedes y Castillo, abogado de los tribunales del Reino y de los reales é ilustres colegios de Santo. de Cuba y Bayamo, Diputado del ultimo en esta villa, Asesor sustituto de la Ayudantía de marina y matriculas del distrito, vocal de la junta de diezmos de esta villa y vocal Secto. Contador de la Junta de Fomento.

Certifico: Que en sesión celebrada el dia veintiséis de Junio, por esta Junta, entre otros acuerdos se tuvo uno del tenor siguiente=También se dio lectura á un memorial presentado por el señor Comandte. de milicias Dn. Franco. José de Céspedes, evacuando la instrucción que se le mandó conferir, y enterada la Junta de su contenido, ecsaminados los documentos en que se apoya y convencida de la pública notoriedad del derecho de posesión y propiedad reclamados por el señor suplicante, acordó: Que se forme el oportuno espediente en que obren todos los antecedentes de este negociado y se eleven á la superioridad para que se sirva disponer el pago de las maderas y demás efectos aprovechados para la obra del Faro Vargas en Cabo Cruz, ó resuelva lo que estime mas arreglado en justicia.

Y para acumular al espediente de la materia libro la presente en Manzanillo á 28 de Junio de 1861.

[Fdo.] Carlos M. de Céspedes

Citas y Notas.

1.-Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo, comp.: Escritos, Ed. de Ciencias Sociales, Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1974, t. 1, p. 35.

2.-Véase el encabezamiento de los tres certificados firmados por Céspedes

que forman parte del expediente reproducido en el Apéndice de este trabajo.

3.-Agradezco esta referencia al joven investigador Carlos Tamayo, entonces alumno de la Facultad de Filología de la Universidad de Oriente.

4.-Archivo Histórico Provincial. Academia de Ciencias, Santiago de Cuba, Gobierno Provincial, leg. 899, expte. 13. Como todos los documentos utilizados en este trabajo proceden del mismo fondo, en adelante sólo se mencionarán los números del legajo y del expediente.

5.-Fernando Portuondo: Historia de Cuba; 1492-1898, Ed. Pueblo y Edu­cación, La Habana, 1975, p. 373.

6.-Apud Portuondo y Pichardo: "Introducción", en Escritos, p. 42.

7.-Leg. 900, expte. 1.

8.-lbid.

9.-Ibid.

10.-lbid.

11.-Leg. 599, expte. 3. Véase el Apéndice de este trabajo.

12.-Ibid.

13.-Ibid.

14.-Ibid., expte. 5.

15.-Leg. 900, expte. 5.

16.-Ibid.

17.-Apud Portuondo y Pichardo: "Introducción", en Escritos, pp. 33-34.

18.-Leg. 900, expte. 5. El original de esta carta no está en el expediente. Hay, sin embargo, dos copias sacadas en distintas oportunidades, y ambas coin­ciden en todos sus particulares.

19.-Ibid.

20.-Ibid.

21.-Ramiro Guerra: Guerra de los 10 Años, Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1972, t. 2, p. 222.

22.-Ibid., p. 223.

23.-Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo: Op. cit., t. 1, pp. 325-328.

24.-lbid., p. 335.

25.-Ibid., p. 337.

26.-Leg. 900, expte. 5.

27.-Ibid.

28.-Ibid.

29.-Algunos de los documentos examinados en estos legajos, indican que una parte de los archivos de la Junta Jurisdiccional de Fomento de Manzanillo fue enviada al Ayuntamiento de dicha villa. Si estos archivos aún se conservan, quizá contengan otros documentos sobre la ac­tuación de Céspedes en la Junta.

Fuente: Ricardo Repilado: Para una crónica del Caribe. Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2001, pp. 22-52.

Fecha de publicación en Enciclopedia Manzanillo: 2008.