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Gervasio Esturo Carbonell. Apuntes para una biografía.

Autor(es):
Carlos Rodolfo Escala Fernández.
Ena Rodríguez Columbié

Datos biográficos y artísticos de un pintor autodidacta.

"Aquí una voz me dice cobre aliento,
señora, con la fe que me habéis dado…"
Fray Luis de León (Soneto)



En Manzanillo se baila el son, en calzoncillo y en camisón. Estos picantes versos de Arquímedes Pous encarnaron la nostalgia de la emigración manzanillera en la Florida en los años 90 de la centuria pasada. Uno de los tantos pintores nacidos en esta porción del Golfo del Guacanayabo, hizo de estos y el dibujo de la Glorieta una simbiosis que quedó para siempre en el imaginario de muchos de los que viven en las dos orillas. La obra de Bachi Esturo, sin embargo, fue mucho más amplia que aquellos diseños, labrada desde la adolescencia con su propio esfuerzo y superación.

Caricaturas, dibujos y bocetos quedaron en poder de los amigos como recuerdos del Instituto de Segunda Enseñanza. Pero la carrera de Gervasio Esturo comenzó "oficialmente" con el I Salón Municipal de Artes Plásticas, celebrado por iniciativa del Consejo Municipal de Cultura entre el 29 de octubre y 10 de noviembre de 1961, en el que también expusieron artistas de Campechuela y Niquero. Por aquel entonces la mayoría de los participantes rubricó las obras por afición y con un marcado carácter ingenuo, imbuido en unos casos por el entusiasmo de la épica revolucionaria, en otros por la naturaleza y el paisaje, el costumbrismo, el humor, el retrato y, en menor grado, la representación del tema religioso.

En los salones de la Casa de la Cultura, Bachi colgó cuatro retratos al óleo y un Cristo realizado al creyón. Desafortunadamente estas piezas no fueron identificadas con los nombres de las personas retratadas en el catálogo de aquella muestra histórica. Por el testimonio de sus allegados se conoce que Melania Espinosa, María de los Ángeles Cuñado, Carolina Yaque Borbolla, Gilda E. Motas Bosch y Amelia Muñiz fueron retratadas gratuitamente por Esturo. De estos cuadros solamente ha podido localizarse el que hizo como regalo con motivo de la celebración de los quince años de Gilda en 1962 y el boceto en papel de Carolina que no llegó a completarse en la tela.

Fue esa una etapa de experimentación y aprendizaje ante la superficie pictórica en la que puede apreciarse su aptitud para lograr el parecido, a pesar del apego excesivo a la línea, aún dura, y la necesidad de mejorar aspectos fundamentales como la volumetría y el manejo del claroscuro. Se dice que la efigie de Amelia Muñiz fue la más lograda de esas creaciones, inspirada en otra de la actriz Grace Kelly, Princesa de Mónaco, lo que habla además de las inclinaciones y gustos lógicos en aquel período de su vida en que cursaba el bachillerato y todavía en la gran pantalla del Teatro Manzanillo se dejaba sentir la influencia del star system norteamericano.

Ahora bien, ¿cómo descubrió Bachi el universo de las artes plásticas, en el que se sumergía cada vez que se enfrentaba a las telas preparadas con blanco de España en el patio de la tía materna en la casa de Luz Caballero número 47? ¿qué le motivó a pintar una Última Cena con solo siete años de edad? Por el momento es esta una cuestión que entra en terreno especulativo, pero que lleva a pensar en otra interrogante primordial: ¿qué caracterizaba al medio social y cultural en el que creció?

La década de 1940 marcó tal vez el momento de mayor esplendor de la cultura manzanillera en el siglo XX debido al alcance de sus empeños y sucesos, y con la huella de un entorno político económico pendular que pasó del auge arrocero y la victoria electoral de Paquito Rosales Benítez, candidato de la coalición del Partido Liberal y la Unión Revolucionaria Comunista, a los asesinatos del representante liberal Manuel Cuevas Romero y el senador y líder azucarero Jesús Menéndez Larrondo y las visitas de Carlos Prío, Fulgencio Batista y Eduardo Chibás.

La revista Orto descollaba por el sólido prestigio alcanzado en el ámbito nacional y en el extranjero. El Grupo Literario, surgido en derredor de esta y su mecenas Juan F. Sariol, contaba con la poesía vanguardista de Manuel Navarro Luna y la narrativa de Luis Felipe Rodríguez, fallecido en 1947. La creación de la filial de Pro Arte Musical trajo al Teatro Manzanillo una pléyade de renombradas figuras(2) y propició la creación de una escuela de ballet, inicialmente bajo la batuta del ruso Nicolai Yavorsky. Las emisoras y escenarios cubanos y foráneos eran conquistados por músicos e intérpretes del Guacanayabo: Alberto Socarrás Estacio, Julio Gutiérrez, Diego Bonilla, Toty Lavernia, Aquilino Calzada, Emiliano Ponciano, Juan C. Rodríguez Caymari, Luis Borbolla, Leticia Reyna, Carlos Puebla, entre otros.
   
Si bien es cierto que no existía ninguna academia de artes plásticas, el Círculo Manzanillo y aun el Grupo Literario estimularon y acogieron la realización de las exposiciones de Carlos Enríquez en la Escuela Primaria Superior, el ilustrador de Bohemia José Manuel Peña, el humorista Dagoberto Castellanos y los argentinos Manuel Villarrubia y Lina Labourdette en el local del Círculo y la muestra de arte moderno en los salones del Ayuntamiento, amén de las conferencias del propio Enríquez y Joaquín Texidor.

No obstante, la práctica en el Guacanayabo era dominada por los trabajos de escenografía, impresión, propaganda gráfica, humorismo y rótulos y por la enseñanza de nociones elementales en la educación pública y privada, ligada en algunos casos a las manualidades. Gregorio Linares, Manuel y Esperanza López Montero, Gastón Sariol, Evelia Fernández, Dolores Álvarez Olivé, a los que tiempo después se sumaron Astrid González Duque de Estrada, Raúl Llanes, Horacio Téllez  y Rómulo Castillo, destacaban por sus labores creativas o pedagógicas, mientras el odontólogo Antonio Hernández Perich, Raimundo Roca y Juan S. Antúnez lo hacían en la escultura y modelado.(3)
   
Por otro lado, el nombre de Julio Girona Fernández, que pudo vincularse al Taller de Gráfica Popular y a la Escuela Libre en México a principios del decenio, estaba unido ya indefectiblemente a la avanzada del arte nacional que exponía en las salas del Lyceum y el Colegio de Arquitectos de La Habana y figuró entre los miembros fundadores de la Asociación de Pintores y Escultores de Cuba. Aunque desde los 30 también era conocido el pintor Ovidio García Pavón en predios habaneros y hasta en Nueva York. Luego sobrevino la irrupción de Joaquín Ferrer Marquínez y José A. Rosabal Fajardo en los círculos capitalinos.

En este ámbito vino al mundo Bachi el 14 de mayo de 1944, bautizado el 21 de junio como Gervasio Raúl José Esturo Carbonell, junto a su hermana melliza Guadalupe, por el sacerdote capuchino Fr. Joaquín Murguzur. Antonio Gutiérrez y Donatila Llopis Riverón fueron los padrinos elegidos para el pequeño por sus padres Gervasio y Marina. Apenas cuatro días después Mons. Fr. Valentín Zubizarreta le administró el Santo Crisma de la confirmación.(4)
    
Su padre, empleado del comercio, era oriundo de Campechuela, mientras que la madre, manzanillera al igual que la abuela paterna Dolores Labrada, se desempeñó como maestra de español en varios centros educativos de la ciudad. Sus abuelos, el procurador Benicio Esturo Izaguirre y Ramón Carbonell Fayas eran nativos de Bayamo y su abuela materna Domitila Alard procedía de Matanzas.(5) Gran parte de la niñez, adolescencia y primera juventud de Gervasio transcurrió en la casa de su tía abuela Josefa Carbonell Fayas, apenas a una cuadra del taller de Gastón Sariol, y en el Colegio Lestonnac para luego pasar al Instituto.

El panorama de los años 50 no fue tan propicio a la actividad cultural en la urbe, sobre todo a partir del golpe de estado del 10 de marzo de 1952. La programación teatral disminuyó sustancialmente con la disolución de Pro Arte. Apenas se realizó una exposición de grabados del Taller de Gráfica Popular mexicano en 1955 y Orto acabó por extinguirse en 1957, agotados ya los recursos de Sariol para mantenerla.

La desidia estatal profundizó los problemas de salubridad, empleo y educación que golpeaban a las clases y estratos sociales más vulnerables. La polémica obra del Instituto de Segunda Enseñanza y el nuevo Hospital Civil venían a maquillar la situación. El clima de inseguridad creció hasta el estallido de la rebelión armada que tuvo en Manzanillo un fuerte bastión de actividad clandestina antibatistiana y de apoyo logístico a la lucha guerrillera en la Sierra Maestra.

Con el triunfo revolucionario y la creación del Consejo Municipal de Cultura el Círculo Manzanillo y la Colonia Española se transformaron en el Círculo Juvenil "Rubén López" y sede de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) y Casa de la Cultura respectivamente. Se experimentó un incremento de la actividad cultural de fuerte contenido ideológico y la institucionalización paulatina de la enseñanza artística. Volvió a traerse una muestra del Taller mexicano, acompañada de grabados de José Clemente Orozco y, además de la exposición municipal, se realizó otra colectiva y se montaron muestras de arte popular chino y reproducciones de acuarelas de famosos maestros del arte universal.

Tras concluir el bachillerato, Gervasio comenzó la carrera de arquitectura, que debió interrumpir, y se mantuvo apegado a su vocación pictórica. No obstante, luego de aquel I Salón no volvió a exponer su trabajo ni se unió al grupo de jóvenes nucleados alrededor de Arsenio Martínez, en la exposición abierta en la otrora Casa Diez, germen del Colectivo Plástico "Víctor Manuel", que padeció de una reglamentación excesivamente rígida. Tampoco formó parte del Taller Libre que aquel condujo, transformado luego en Escuela Elemental "Carlos Enríquez"; ni participó en las primeras ediciones del entonces Salón Provincial "10 de Octubre", que comenzó a realizarse a partir de 1974 y todavía subsiste.

Bachi continuó con tesón y en un marco familiar el cultivo de sus dotes que hizo valer en los Estados Unidos, luego de su emigración en 1980. Según sus propias palabras recibió lecciones gratuitas del afamado retratista cubano Félix F. de Cossío,(6) conocido por el ejercicio del magisterio y que llevó al lienzo la efigie de John F. Kennedy. En la Florida trabajó para arquitectos y publicidades, amén de vincularse a la revista La Demajagua y la Asociación de Manzanilleros en el Exilio. Incursionó en el paisaje y continuó su línea en el retrato y por encargo.(7) Participó en exposiciones colectivas y aún en 1990 soñaba con dedicarse completamente a la pintura. Sus piezas se diseminaron. Pero se encuentra representado en la vasta colección "8 x 10" de La Boheme Fine Art Gallery.

Colaboró intensamente con la parroquia de San Pedro y San Pablo, a la que asistía, como ilustrador de sus boletines y propaganda, además de hacer caricaturas para sus festivales. Para su Centro Juvenil decoró una carroza en ocasión del Desfile de los Reyes Magos. Visitó la tierra natal en 1992 y presenció la ordenación episcopal de Mons. Carlos Baladrón Valdés en la parroquia de La Purísima Concepción, donde muchos le recuerdan con afecto.

El 18 de enero de 1997 falleció como consecuencia del cáncer, pero meses antes había culminado su obra más importante e imperecedera.(8) El espacio de ArtBasel en Miami ha permitido que artistas y visitantes del mundo contemplen el mural cenital que simboliza Las puertas del cielo, admirado por los parroquianos de la Misión de San Juan Bautista, en el distrito de Wynwood. Sus dimensiones y técnica suponen un sacrificio extraordinario y prueba del empeño en superarse a sí mismo. En la pintura, el manzanillero plasmó los rostros de los niños de la comunidad, representados como ángeles en derredor de la Virgen María.

Tal vez sea esta remembranza del culto mariano de su propia tierra, como las palmas reales, características además de la identidad borinqueña que se palpa en el templo por su construcción, sus vitrales, objetos sagrados y reliquias históricas –huellas del origen boricua del barrio, al que posteriormente llegaron otros emigrantes del área centroamericana–. Los sacerdotes José Luis Menéndez y Pedro Corces también quedaron reflejados en una composición convertida en testamento religioso y artístico, nostálgico canto de despedida, una ofrenda, una oración con pinceles.

 

Citas y Notas.

1.-Estas líneas han sido elaboradas a partir de los testimonios de Rolando Estrada Milanés, Carolina Yaque Borbolla, Gilda E. Motas Bosch y Luis Espinosa Viltres, amigos del pintor, y con los datos existentes en el Archivo Histórico Municipal, el Archivo parroquial y otras fuentes dispersas.

2.-Entre ellos se contaron por solo mencionar algunos a Henryk Szeryng, Ernesto Lecuona, Claudio Arrau, Andrés Segovia, Nicole Henriot, Ángel Reyes, Esther Borjas, Alice Dana, Mercedes Simone, Berta Singerman, las compañías de baile español de Mariemma, Pilar López y Ana María, los conjuntos de ballet de Alberto Alonso y Alexandra Denisova y de la Ópera de París, Alicia Alonso, integrantes de la Corte Suprema del Arte, agrupaciones teatrales y un largo etcétera.

3.- Los colegios Santa Teresa y Santo Tomás habían contado en diferentes etapas con el magisterio de Josefa Bello León y Francisco Ferrer y en los claustros del Purísima Concepción y el José Martí también se impartían clases de plástica.

4.-Archivo Parroquial de La Purísima Concepción de Manzanillo. Libros Sacramentales. Bautismos. Libro: 71. Folio: 264. Número: 1055.

5.-Archivo Histórico Municipal de Manzanillo (AHMM). Fondo: Registro Civil. Serie: Matrimonios. Legajo: 74. Expediente: 17.

6.- María Vega: Su carroza se llenó de juventud, en: La Voz Católica, 23/02/1990, p. 11.

7.- Los testimonios recogidos mencionan uno realizado para la familia de Ileana Ros.

8.- Fecha cotejada con el Índice de Fallecimientos del Seguro Social de Estados Unidos (SSDI).



Creado: Martes 09 de Febrero de 2016